¿Qué soy para ti?

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-¿Un... contrato?- Susurro el de ojos zafiro aun asombrado ante las palabras del mayor.

-Si... ¿Por qué se sorprende tanto, mi lord?- Pregunto con un toque de serenidad en su voz mientras miraba cauteloso al menor el cual solo mostraba una mirada fría hacia este.

-Bien y si te creyese todo esto ¿Qué consigo yo con todo esto? ¿Cuál es el poder que tengo sobre este contrato? ¿Qué soy para ti?- Pregunto frio el ex conde a aquel que se hacía llamar Sebastian.

-El poder que tú tenéis sobre mí y sobre este contrato es ilimitado, estoy para servirle y cumplir vuestros deseos, cumpliré cada orden que tú me entreguéis sin importar que, estoy aquí para servirle a usted... lord Phantomhive- Dijo con una sonrisa el demonio de mirada roja el cual posaba su mirada sobre aquel mortal el cual se hallaba impresionado ante las palabras de él ex mayordomo, nada se consigue gratis, todo posee un precio en especial si es una propuesta como está pero entonces ¿Qué desea a cambio este demonio?, aquellos pensamientos llenaban la cabeza del joven conde en cual lo miraba cauteloso pensando bien su próximo movimiento.

-Tu propuesta es bastante interesante debo admitir pero no soy tan estúpido... tu a cambio de aquellos servicios buscas algo ¿o me equivocó?- Pregunto con de manera fría el de mirada bicolor mientras se cruzaba de brazos mirando desafiante a aquel que fue su sirviente y el cual mostro nuevamente una sonrisa placentera en sus labios.

-Si bocchan yo busco algo a cambio y como usted estará pensando es claramente el precio de mis servicios- Pronuncio el pelinegro con una sonrisa en sus labios mientras se acercaba al menor.

- Es algo bastante simple esto... yo te ayudo a conseguir tu venganza... te seré fiel y siempre estaré allí para ti... y solo pido una cosa... quiero que tu alma sea mía... tu alma pasara a ser mía apenas consigas aquello que deseas... ves no están difícil...- Pronuncio el de mirada carmesí mientras acercaba su cuerpo al del menor y posaba sus rostro a un par de centímetros del de él joven conde, el menor el cual se hallaba un tanto sorprendido se quedó tenso al sentirse tan cerca de aquel demonio pero antes de mostrar su sorpresa volvió a cambiar su mirada a una fría.

-Crees que seré tan estúpido como para darte mi alma... no estoy tan desesperado y además no creo necesitar darte mi alma... para controlarte... - Pronuncio el menor tomando desde la camisa a Sebastian para que así este lo mirase y el cual no pudo mostrar la sorpresa y un poco de odio en su mirar.

-Tú mismo lo dijiste... el sello del contrato ya existe... entonces este trato ya está vigente... - Menciono con una sonrisa satisfactoria el de ojos zafiro mientras que en la mirada del pelinegro no se podía ocultar la sorpresa.

-Serás un demonio pero yo no soy tan estúpido como para caer en tus trucos... Este sello solo me da a entender que tú ya eres mi perro... mi fiel mascota y ni siquiera debí darte mi alma, que patético no crees... un mortal se está burlando de un demonio –El de mirada carmesí ya no pudo ocultar la molestia y se separó del agarre del menor el cual solo lo miraba con una sonrisa que le resultaba molesta, era una sonrisa desafiante y aunque le gustaba que aquella alma fuese así le molestaba que en ese momento se estese riendo de él.

-No me hables así... recuerda que tu solo eres un simple mortal- Por primera vez aquel demonio se había molestado con su amo al grado de tratarlo tal y como era un simple humano, una simple alma que podía ser manipulada como un juguete por algún ser inmortal, la mirada del ex conde rápidamente mostro ira, odio pero entre aquellos sentimientos que se lograban ver se mostraba debilidad y dolor algo que sorprendió al ex mayordomo.

-Me tratas como si fuese tu amo y te atreves hablarme así, que molesto... mi respuesta es un no, no estoy para que alguien me trate así y la venganza que quiero puedo ganarla yo mismo de una u otra manera... no soy tan débil bastardo...- El menor tomo la pistola que yacía a un lado de él y la oculto en su mochila la cual se puso en su espalda mientras el demonio lo miraba atentamente con un toque de sorpresa, el pelinegro se puso un tanto nervioso había arruinado en cierta manera el recuperar aquella alma tan cautivante.

-Me largo espero esto se quite pronto ya que tal parece que no somos nada...- dijo el de mirada bicolor dándole la espalda y refiriéndose a su ojo, el ex sirviente se sorprendió ante las palabras del menor y sin pensarlo lo tomo del brazo dándole vuelta y que este lo mirase con un poco de fuerza.

- No deseo volver a perderte- Pronuncio el de mirada carmesí mirando a aquellos ojos zafiro que tanto le encantaban, el menor se quedó perplejo ante aquellas palabras pero la manera en la que lo sostenía le hizo recordar algo que odiaba, algo que quería olvidar dejarlo en el pasado.

-Suéltame – Dijo el ex conde con algo de enfado mientras su mirada no se quitaba de aquellos ojos carmesí.

-No quiero perderte... tu eres mío... cuerpo y alma serán míos- La mirada del demonio se volvió más llamativa, unas sombras comenzaron a aparecer, el ambienté se tornaba frio y el agarre en el brazo del menor se tornaba más fuerte.

-Suéltame bastardo – Grito el menor con ira y un sonrojo leve en sus mejillas debido a aquellas palabras, Sebastian salió del estado en que se encontraba de manera sorprendida debido a sus propias palabras, era acaso que este demonio de verdad sentía atracción ante aquella alma normal, aquella alma que lo molestaba pero que a la vez le hacía sentir sentimientos extraños como el de querer poseerlo y de alguna manera volverlo suyo, entonces fue cuando noto que no solo quería el alma de aquel mocoso también deseaba su cuerpo, tocar esos finos labios, verlo a aquellos ojos cual zafiros y tocar esa piel parecida a la porcelana. El pelinegro sorprendido ante sus propios pensamientos se le quedo mirando, el deseaba a ese humano aunque ese sentimiento no era amor él lo deseaba, quería volverle suyo y destruir aquellas barreras que ejercía el deseo carnal que sentía ante ese niño.

-Dejadme en paz, si deseo tus servicios solo te llamare... es una orden Sebastian – Pronuncio frio el ex conde mientras volvía a darle la espalda a aquel ser de mirada carmesí.

-Yes, my lord – Contesto Sebastian haciendo una pequeña reverencia, el menor se hallaba molesto ante el descaro con el que le había hablado aquel demonio y antes de marcharse le hablo con enfado mientras le miraba de reojo.

-Y recuerda que yo soy Ciel Phantomhive...

Me robe mi computadora a escondidas UwUr así que aquí os traje un nuevo capítulo, espero os haya gustado, recuerden comentar y\o votar por esta historia y nos vemos en una próxima actualización.

El Alma De La PerfeccionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora