VI

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   —¿Tegna? ¿Qué hace ella al frente de mí? No puede ser... Que enorme escudo, no he visto uno de tales proporciones, jamás su altura es de aproximadamente cuatro metros de alto, su color es casi transparente con un ligero tono de azul, que cielo más hermoso y está a unos pocos centímetros de mi...

   —¡Pero qué impacto! Si no estuviese a punto de morir como un gran pendejo, apreciaría bastante ver como se resquebraja esa enorme roca...

   —¿Pero qué? —Ella y mi cuerpo están en sintonía, al parecer el estruendo es demasiado como para contenerlo así sin más, su delicada piel acaricia la mía, su trasero se acomoda perfectamente en mi entrepierna.

   ¿Qué debo sentir? ¿Miedo? ¿Pasión? Lo único que sé; Es que en está inmensa oscuridad puedo sentir como el resplandor de la luz nace de un solo toque con las nubes.

   Sé que Tegna no está nada contenta con la situación, aun así mi sonrisa de imbécil sale a relucir como cada vez que no sé qué decir, no puede voltear a verme, porque si lo hace... Ya me morí.

   Acabó todo, ella me salvó de esa gigantesca piedra, yo en cambio, no he hecho mucho que digamos, solo ponerla en peligro por protegerme, nunca me había visto en su vida, pero Tegna. Ella es una heroína, no me dejaría morir sin más...

   Demonios se desploma, no te dejaré caer, bien... Ya estás en mis brazos, aun no sé cómo te tengo en ellos, uno está tan roto como mi corazón, allá está Gúltar y la Aniripsa, la llevare a ahí, ven... Está dormida parece, quizás desmayada sus ojos están cerrados, sé que han pasado segundos pero esos zafiros son deslumbrantes.

   —Piernas no me fallen ahora, las necesito más que nunca...

   Estoy corriendo lo más rápido que puedo, pero aun así veo como la cara de exigencia de más proveniente de Gúltar, es cada vez más visible, me acercó a ellos, vamos estoy a punto de lograrlo... Mierda...

   Rocas más pequeñas son lanzadas rápidamente por el Ogro, quién de nuevo tenia de espaldas.

   —¡Mierda! —Esa estuvo bastante cerca, debo procurar correr más rápido, aunque voltearé solo para ver la trayectoria.

   —Hay que joderse —Son demasiadas, casi ni puedo ver el gran número de piedras que están por caer en frente de mí, todas son medianas, comparadas con la que detuvo Tegna, tengo que lograrlo, ya no es por está miserable vida mía, es por ella. Me salvó y pienso hacer lo mismo por ella.

   Mis sentidos son más agudos, el golpe de la fuerza es bastante fuerte, una de las piedras cae en seco en frente de mí, salte con todas mis fuerzas para atravesarla, lo consigo pero por muy poco, una a una caen haciendo estremecer el piso, mis ojos tiemblan siento casi de lleno cada uno de los impactos en el piso, hacen temblar mi visión, demonios, cada vez me desbalanceo más y más...

   —¡Mierda! He caído al piso, todo me da vueltas y mierda... Puta sea... Estoy encima de Tegna, el polvillo hace que no se pueda ver mucho, no hay casi arboles por este es un claro bastante amplio. Estoy de nuevo de pie, tomaré a Tegna para seguir corriendo hacia donde está Gúltar, estoy de nuevo corriendo, es una buena señal.

   —¡Ahí! ¡Los veo! Están a unos pocos pasos volteo rápidamente a ver como se ve el cielo detrás de mí, es una piedra y está en dirección a mí, a los pocos metros que estoy de mis compañeros.

   Se ve en segundos alargados como pasa por encima de mi cabeza, lentamente el viento que despide, siento como me acaricia levemente el cabello, la piedra impacta y nuevamente me desequilibro, pero sin dejarme caer, pasa rápidamente por encima de Gúltar y la Aniripsa.

   —¡Llegué! —Al fin he llegado, rápidamente freno las piernas.

   —Por favor, cura a Tegna, ella me salvó la vida.

   Hundí por completo mi estómago, tome todo el aire que pude y grite con todas mis fuerzas.

   —¡Ya basta! ¡Inmensa bola de cuatro toneladas de mierda!

   —Al parecer llamar su atención no fue difícil, solo debo... ¿Pero qué? Esas líneas, ¿Qué significan?

   Todo se pone de color azul... ¿Qué está pasando?

   —Creo... Qué, voy a...

   —¿Dónde estoy? —Digo para mí mismo, viéndome en un lugar completamente de color blanco sin nada divisable a distancia... ¿El vacío tal vez?

   —Elegido, elegido... Tú, tú... Tienes que... Debes que... Hacerlo.

   Auch, joder. Como duele. Ahora es que caigo en cuenta de todas mis heridas tanto internas como que se yo... Me desmaye varias veces no sé qué ha pasado con mi cuerpo.

   —Aaahg... Mi brazo, está caliente, es una hemorragia interna debo tener el brazo completamente cubierto de sangre, aun así, no me explico ¿Qué hago aquí? ¿Qué son esas voces? ¿Por qué estoy hablando solo?

Son muchas cosas por asimilar, quisiera al menos no estar solo... Esas voces se hacen cada vez más fuertes, siento como el sonido recorre mí oído, como las palabras se cruzan fácilmente con mi subconsciente.

—Elegido, elegido... Tú, tú... Tienes que... Debes que... Hacerlo.

—¡¿Qué?! ¡¿Qué Demonios tengo que hacer?! —Grito sin remedio, comienzo a perder la calma, o quizás me perturba tanta calma y silencio del abismo blanco en el cual me encuentro, solo aquellas voces son las que me atormentan una a una intentando decirme algo... O al menos eso creo.

Despierto de alguna forma de ese, al parecer un sueño. Estoy a unos pocos metros del ya desgastado campo de batalla, no puedo ver mí alrededor, todo está completamente envuelto en polvo, un pequeño destello diviso escondido en lo profundo de la gran cortina de humo. Estoy casi seguro de que ese destello es proveniente de la varita de la Aniripsa, esas varitas desprender una luz, la cual es llamada "La Luz de Proveritas" esta luz "Proveniente de la oscuridad y de las sombras, brillará en luz y noche... En enfermedad y miedo"

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Flujo del StasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora