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Hoy definitivamente era el peor día de su vida, desde la mañana todo le había salido mal.

Su alarma no sonó por lo que se levantó tarde, apenas y tuvo tiempo para cambiarse arreglarse un poco el cabello esponjado, tomó su bicicleta y pedaleó lo más rápido posible pero aun así llegó con 5 minutos de retraso.

En su carrera olvidó el ensayo que debía entregar para la clase de literatura que representaba un porcentaje importante de la calificación por lo que obtendría una mala nota. En el receso choco con un alumno de grado inferior y derramo su bebida sobre ella. Por si fuera poco, al salir su bicicleta ya no estaba, alguien la había robado.

Furiosa y decepcionada comenzó a caminar rumbo a su casa, el cielo amenazaba con una tormenta, el viento era frio y hacía que sus cabellos se desacomodaran aún más. Ella se sentía frustrada y triste, parecía que todo conspiraba en su contra, definitivamente se había levantado con el pie izquierdo hoy.

Unas pocas gotas le cayeron en la frente, pero no le importó, que más daba ya. Ella intentaba deshacerse del nudo en su garganta cuando la lluvia mientras la lluvia aumentaba más y más. Ya estaba empapada hasta los huesos y ella solo seguía caminando.

Sin saber cómo o porqué él apareció frente a ella, llevaba puesto un impermeable amarillo que lo cubría de quedar empapado. Ella ni siquiera se había dado de su presencia pues tenía la cabeza baja, hasta que chocó con él y por fin levantó la mirada.

Quedó pasmada mirándolo directamente y quedó hipnotizada por esos ojos que tantas veces le habían robado el sueño. No podía moverse y su mente se negaba a cooperar. Él le dedicó una sonrisa y le ofreció el impermeable que ella toma lentamente y se lo pone, aunque no sirva de nada pues ya está totalmente empapada. Después él hace un ademán para que lo siga y por instinto lo hace. Ambos caminan en silenció a través de la lluvia durante un largo rato y después se detienen frente al departamento de él y entran. Es un lugar espacioso, muy acogedor y cálido. Ambos se quitan los impermeables y los dejan en la entrada. El lugar se llena de energía y saben que ha llegado la hora de hablar.

The Finish Line |Historia corta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora