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Ella lo mira directamente sin saber que decir, su cabello está escurriendo y unos pocos espasmos recorren su cuerpo por el frio.

-Gracias- dice apenas en un susurro.

-No hay nada que agradecer, no te iba a dejar en medio de la borrasca- dice él y le dedica una sonrisa. Ella estornuda un par de veces- Debes cambiarte esa ropa antes de que pesques un resfriado. Ven.

La guía hasta su baño, le presta unas cuantas toallas para que se seque.

-Sería bueno que te des una ducha con agua caliente para mejorar tu temperatura, puedo prestarte un poco de mi ropa tal vez te quede un poco grande, pero te servirá en lo que tu ropa se seca- ella solo asiente.

Él se retira a su habitación y poco después vuelve con algunas prendas perfectamente dobladas. Ella le dedica una media sonrisa a manera de agradecimiento y él se va para darle un poco de intimidad.

Abre la llave de la regadera y poco a poco el agua caliente le va quitando el frio y la ayuda a incorporarse y hasta pensar mejor. Al salir se pone el short y la camiseta que él le prestó, la camisa le queda a mitad de la pierna, pero todo tiene su aroma, su perfume.

Mientras tanto él la espera afuera, en la sala, intenta ver un poco de televisión, pero sus nervios no se lo permiten. Su vuelo es mañana por la tarde, esta es su última oportunidad para hablar con ella, si no deberá esperar casi un año para volver a verla y sinceramente no lo soportaría. Era ahora o nunca.

Ella sale de su habitación usando la playera que le había prestado, le llega arriba de las rodillas y su mirada inocente le dan un aspecto realmente irresistible. Se queda embobado por un momento observándola de pies a cabeza, ella se sonroja ante su mirada.

-Prepare un poco de chocolate caliente- dice él reaccionando por fin- ven.

Ella se acerca lentamente y se sienta al lado de él en el sofá, toma la taza de chocolate y bebe un poco. El silencio se hace presente, ha llegado el momento de la verdad.

-Cassie quería hablar de algo contigo- ella se tensa al instante.

- ¿Qué sucede? - dice inocentemente evitando mirarlo a los ojos.

-Te contaré una pequeña historia- comienza diciendo- hace dos años me invitaron a un evento de beneficencia para competir en un pequeño tour. Yo acepte sin saber lo que me esperaba.

Confieso que iba muy confiado y seguro de mí mismo. Pensé que ganaría sin el menor esfuerzo, pero me equivoque. En los últimos metros de la línea final un competidor me supero y me arrebató la victoria. Yo estaba furioso y más por no saber quién era ese misterioso corredor, pero lo deje pasar.

Al año siguiente fui completamente decidido a no perder de nuevo. Entrené muy duro con el objetivo de recuperar mi honor, pero la historia se repitió y me dejó destrozado. Tal vez sea muy arrogante, pero quién era capaz de superarme. El organizador, que es mi amigo y el que me invitó, me confeso que era una chica realmente la que me había ganado en las dos ocasiones. Me di a la tarea de encontrar a tan magnifica mujer que me había regresado la humildad que me faltaba

Ella se pone más y más nerviosa con cada palabra, su peor temor se está cumpliendo. Ruega porque todo esto sea una broma o un mal sueño. Este es realmente el peor día de su vida. Se mantiene en silencio y sigue escuchando a su compañero.

-No tenía ni la menor idea de dónde podía comenzar a buscar. Pero el destino es sabio y realmente tiene unos tiempos perfectos. Nos da las cosas justo cuando las necesitamos, aunque a veces no podemos verlas, aunque estén frente a nuestras narices- La mira directamente, pero ella sigue concentrada en su taza de chocolate negándose a mirarlo.

Ese día yo no tenía nada que hacer, me habían prohibido los entrenamientos y comencé a aburrirme en casa así que decidí salir a caminar. Me acerqué al parque y la descubrí. Era ella, estaba entrenando y unos pocos cabellos castaños se escapaban de su casco. Me escondí para que no me descubriera. La observé por un par de horas esperando que en algún momento pudiera describir su identidad. Pero ella jamás se quitó el casco, solo tomó su bicicleta y se fue.

Regrese triste a mi casa, pero no me rendiría. Todos los días a la misma hora iba a verla entrenar, ella realmente es muy rápida. No es casualidad que me haya ganado. Si practicará profesionalmente sería una de las mejores del país sin lugar a dudas.

-Hace algunos días me decidí, pronto me iré a entrenar a otro estado para las olimpiadas y no pienso dejarla ir esta vez- su voz se hizo más lenta y de suspenso- Desobedecí a mi entrenador y tomé mi bicicleta aun cuando me dijeron que debía evitar usarla. Espere a que terminará su entrenamiento después la seguí- ella casi escupe el chocolate del susto- Debo reconocer que es muy inteligente, su maniobra de escape pudiera perder a cualquiera, pero yo soy una persona muy terca y no me rindo fácilmente, por lo que pude descubrir donde vive. Y ahora se quién es.

Ella se queda estática. Su secreto ha sido descubierto.

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N. A
¿Que tal les va pareciendo la historia? ¿Qué creen que pasará?
Comenten que se los agradecería infinitamente.

The Finish Line |Historia corta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora