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El silencio reina en la habitación, solo se pueden escuchar sus respiraciones. Él espera una respuesta y ella por su parte pide en silencio que se abra la tierra y se la trague. Pero una pequeña voz en su subconsciente comienza a hablarle, le dice que se arriesgue y confiese todo, que no tema a las consecuencias y una misma frase de uno de sus libros favoritos aparece en su mente " Juégatela encanto "y ella decide hacerle caso.

-No era mi intención que tú te enteraras- dice con voz tímida pero aun sin mirarlo- hace un tiempo comencé a practicar, pero no tiene nada que ver contigo, y no sé. Creo que me gustó. Supe de la carrera y quise participar, pero no quería que nadie supiera que era yo y menos tú.

-Pero no comprendo ¿Por qué no querías que yo lo supiera? Sabes que te hubiera apoyado y más en esto, somos amigos, te ayudaría en lo que fuera- dice buscando su mirada, pero ella se la niega.

-Tenía miedo que pensarás que hacía esto para agradarte o algo por el estilo.

-Sigo sin entenderlo somos amigos y ya me agradas ¿Por qué pensaría que quieres agradarme más? - dice el confundido. Un poco impaciente alarga su mano hasta ella y le toma el rostro. Hace que lo mire a los ojos y la sostiene firme para que no pueda bajar la mirada de nuevo- por favor ayúdame a entenderte.

Ella lo mira a los ojos y queda atrapada en la magia de estos, no podía seguir ocultando secretos, no cuando él le pedía de esta manera que le contara todo. Pero tenía miedo una vez revelada la verdad no había marcha atrás. Nada volvería a ser lo mismo entre ellos, se al borde de un precipicio y aun dudaba si saltar.

- ¿Qué no te has dado cuenta? -dice con voz tranquila cerrando por un momento los ojos intentando encontrar las palabras perfectas para decir- La manera en que me pongo nerviosa cada que me miras, como se me acelera el pulso con solo verte. Si yo se somos amigos y me encanta pasar tiempo contigo platicando contigo, pero creo que en todo este tiempo mi amistad no ha sido sincera contigo.

- ¿Cómo? - dice él confuso. Ella comienza a exasperarse por como él aun no puede ver lo más obvio. Comprende que debe ser más directa para poderlo hacer entender.

-Que me gustas- dice arrebatadamente- y siempre me has gustado. Desde que nos conocimos comencé a sentir algo por ti, pero nunca quise decírtelo por miedo a que tu no sintieras lo mismo. Creo que estoy enamorada de ti.

Él esta asombrado por la gran confesión, se queda callado e intenta acomodar sus ideas. ¿Por qué nunca se dio cuenta antes? Ahora veía todo claramente, esas pequeñas cosas que siempre habían estado ahí, pero él mejor ignoraba. Cualquiera que los viera se habría dado cuenta de que ella estaba enamorada de él.

Ella baja la mirada de nuevo, su silencio la lastima y le hace creer que tenía razón. No debía haber dicho nada, fue una tonta en hablar. Ni siquiera debía estar ahí, la lluvia seguía afuera pero no importaba mojarse de nuevo. Solo quería salir de allí lo más rápido posible. Un nudo comenzaba a formarse en su garganta, solo quería salir de ahí ya.

Se levanta lentamente del sofá decidida a buscar sus cosas e irse. Pero el la detiene del brazo, ella voltea para decirle que la deje ir. Pero antes de que pueda decir nada él ya ha rodeado su cintura con sus brazos y une sus labios en un lento beso.

-También estoy enamorado de ti-susurra.
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N. A
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The Finish Line |Historia corta|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora