Acabo de leer mis pensamientos

7 1 1
                                    

Vaya, vaya, Dios mío, ¿Qué fue eso? Hoy, al parecer soy Ana, la española, aquella chica maja que aún cuando decía groserías sonaba cortés. ¿Soy ella hoy? Métete tu comentario por donde el sol no brilla. Eh. No, no soy Ana la maja. 

No hablo con Ana hace mucho. Pareciera que no tiene interés en hablarme, ni ella ni aquella en Brasil, ni las demás. ¿Por qué será que son tan amigables cuando yo les hablo, eh, porque te queremos y no estamos enojadas contigo, no, nuestra querida Prudence, jamás; pero nunca me hablan ellas? Será que me ven como algo innecesario, que si está ahí bien, y si no está nadie se va a tomar la molestia de ir a buscarlo. Estoy harta (jarta) de ser la que más da. Mi autoestima no me permite decir eso. Estoy harta de no dar y que todos sean tan buenos amigos y yo no lo sea para ellos. Dejemos la mierda. Eso no es así. Cállate autoestima baja, cállate voz estúpida en mi interior que lo único que haces es machacarme. Estoy harta de dar tanto y estar ahí para los demás. Estoy harta de no poder ver las cosas buenas que hacen por mi, estoy harta de que los malos momentos superen a los buenos momentos, estoy harta harta harta. Hoy escucho a Pearl Jam. Estoy harta de no tener a nadie con quién hablar, estoy harta de decirme que extraño a todos ellos y no recordar que cuando estaban aún en mi vida también me sentía sola. Que sentía que no podía contarles nada porque no sabía qué cara o qué faceta me iba a contestar. ¿Me iban a tomar en juego? ¿A tenerme lástima? ¿A burlarse? ¿Iban siquiera a escuchar? Me tenía harta no saber eso. Me tenía harta no saber quiénes eran ni cuando lo eran. Me tiene harta estar sintiéndome mal y triste por personas que cuando estaban aquí no me hacían sentir diferente. Me tiene harta sentir que los extraño. Me tiene harta revivir momentos con ellos y crear otros más en mi mente. Me tiene harta no salir, no conocer a más personas, reducir mi vida a una casa, un cuarto, y muchos recuerdos del pasado. Me tiene harta no tener presente. Detesto que mi presente se conduzca por lo que aprendo sentada en esta cama, en esa silla, cuando debería ser conducido por lo que hago, por los proyectos que llevo a cabo. No puedo llevar nada a cabo atada así. Esto no tiene nada de poético, esto no ha llegado a mil, pero necesito desahogarme, necesito poder desahogarme. A falta de personas lo hago aquí. Querida Prudence, no puedo dejar de imaginar el momento en el que te deje salir.     

No quiero pensar lo que piensas que debo pensarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora