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-¡Amanda! Espera un segundo...- Gritaba un chico desesperado al otro lado del corredor- Olvidaste tu libro en el aula- sonrió de oreja a oreja y me tendió el libro.

-¡Gracias!- exclame confundida, estaba segura de haber guardado todas mis pertenecías. Me miró un poco extraño y comenzó a caminar a mi lado.

-Me llamo Lucas...-

-Se como te llamas- respondí-

-Bueno, como no eres de las que socialicen con todo el mundo, creí que tal vez no sabrías mi nombre, pero es un alivio que lo tengas en cuenta- metió las manos a sus bolsillos y sonrió.

-Soy un tanto reservada, ¿entiendes?- comencé a acelerar el paso.

-Solo intentaba ser amable, además, no se me preguntaba si estabas libre esta noche, tal vez ¿podríamos ir a ver una película?

Me detuve por un momento por la conmoción de la noticia. Lo miré un tanto desconcertada.-¿En serio?- Afirmo con un gesto y volvimos a caminar un poco más lento.

-Si, bueno, creo que eres una chica interesante y....

-¿Yo te gusto o algo?- pregunté  y el se detuvo

-Bueno, no era mi intención dar malos entendidos, si quieres podemos salir, como amigos. Sin compromisos ¿de acuerdo?

-Yo...solo, es que...-comencé a dudar de lo que diría- ¿crees que soy bonita?

Se paró frente de mi- Claro que lo eres, se que no soy muy guapo, pero se tratar a una chica, mis padres me inculcaron eso de ser un caballero y respetar la palaba de una mujer.  De otro modo no me hubiera animado a invitarte a salir.

No supe que contestar y solo suspiré.

-Pero como dije, sin compromisos "fuertes" por ahora- repuso-.

-Claro.- Me tocó el hombro, sonrió de nuevo y exhalo lo que pareció ser alivio al escuchar mi respuesta.

-Excelente, entonces paso por ti a las 8 ¿te parece?- Asentí con la cabeza. Se dio vuelta y a penas unos pasos más adelante gritó...-Intenta no ponerte más linda, ¿quieres?-

En realidad, no sentía que fuera realmente bonita, antes solo me habían invitado a salir dos veces.

La primera fue con un chico de mi calle, y solo me usaba para poner celosa a su ex novia, lo cual, no funcionó, y terminó siendo novia de su mejor amigo.

Y la segunda, fue una cita arreglada por mi madre y su mejor amiga,  con el hijo. Fue un desastre, el era gay.

Dieron las 8 en punto, y para mi sorpresa, llegó súper puntual y yo aun no estaba totalmente arreglada. Salí cinco minutos después, tratando de decidir si llevaba suéter indicado.

-Creí que no saldrías nunca- dijo en un tono burlón.

-Solo han pasado unos minutos, no exageres tanto.

-Entonces hay que darnos prisa, nos aguarda una agradable cena.

-¿Que no iríamos al cine?- Rezongué.


-Espero que no te moleste, pero según mi padre, el cine no es un lugar adecuado para ir a una cita, se supone que debemos conocernos.

Miré mi atuendo y descubrí que no iba vestida para una cena en un restaurante. -¿debería cambiarme, cierto?-

-Como tu te sientas cómoda...- sin oportunidad de dejarlo terminar, subí corriendo y me puse un vestido color blanco, un vestido que siempre detesté, pero mi  madre siempre dijo que era para ocasiones un tanto "elegantes".

Llegamos al restaurante y nos llevaron hasta nuestra mesa. Ordené una ensalada de frutas rojas con queso, y el un filete ahumado. Más tarde trajeron una botella de vino.

-Cortesía de su padre Señor Lucas-dijo el mesero

-¿Tu padre nos ha enviado vino?- pregunté un tanto extraña de que un padre, en sus cinco sentidos, le envié una botella de vino a su hijo para que beba con su cita. Yo.

-Si bueno, creo que intenta quedar bien o algo, la verdad no me apetece, a menos que tu...

-¡OH! No, santo cielo, no puedo llegar a casa oliendo a una sola gota de alcohol.

No hablamos de casi mucho, de hecho comenzaba a aburrirme, y noté que el igual, pagó la cuenta y me llevó de vuelta a casa.

-Ah sido...estupendo, gracias por la cena- dije suavemente

-No agradezcas, te veo mañana querida Amanda. 

Por favor, quédate. - Donde viven las historias. Descúbrelo ahora