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                                                                                              Barry...

Hace una semana que llegué a la nueva escuela, todos me tratan bien, todos han sido muy amables conmigo. Es decir, creí que el llegar a una escuela nueva sería horrendo, pero no resultó así. En mi clase hay una chica que desde que la vi cuando entre al salón de clase, cautivo mi mirada. Creí que la había espantado o algo por el estilo, pues cuando la miré agachó rápidamente la mirada, y sumergió toda su atención en sus apuntes, me hizo sentir un poco mal, ni siquiera sabía si debía pedirle una disculpa. A veces suelo ser torpe e imprudente.

Ese mismo día me senté en una mesa solo a almorzar, algo me llamo la atención y dirigí mi mirada hacia el frente; juro que no podía creerlo, aquella hermosa chica de mi clase caminaba hacia mi dirección, ¡Dios! se veía tan linda con ese suéter rosa, y con su cabello tan poco producido, ya saben, despeinado pero recogido al mismo tiempo, era sin duda una imagen llena de ternura. Estaba a punto de llegar a mi mesa ¡Iba a sentarse conmigo!...pero, un trío de chicas se acercaron antes de que llegara, y ella se dio la vuelta y se marchó. Probablemente ni siquiera se dirigía a mi, no lo se, quería hablarle, pero no quería verme tan desesperado por su atención.

Al día siguiente me decidí llegar temprano a clase, para ver si podía cruzar alguna palabra con ella, pero ella no estaba en el salón de clase, me desanime un poco, pues creí que faltaría a la escuela. Pero de pronto una voz suave habló por la puerta; era ella, me quedé paralizado cuando la vi, llevaba el cabello alborotado con mucho volumen, a decir verdad parecía que algo le había explotado en la cabeza. Su atuendo, no era extravagante, pero definitivamente no iba con ella, con su ternura. De inmediato noté como no soportaba el calor que le producía la chaqueta de cuero que llevaba puesta, también noté lo incomodos que eran para ella esos pantalones, y ¿Qué onda con esas botas? totalmente, esa no era la chica que me gustaba.

En el almuerzo, la vi parada escogiendo unas fresas, un poco mal humorada a decir verdad. Me paré a un lado de ella e hice lo más estúpido que pude haber hecho en mi vida... Le hice un comentario pésimo a cerca de sus botas, le dije que pensaba que eran muy cansadas para ella y que debía quitárselas, y ella solo dijo "si", ¿Qué esperabas que te dijera Barry? Por un momento sentí que iba a abofetearme, así que me di la vuelta y fui por una bebida. ¡Pero que imbécil!

Era obvio que una chica como ella jamás se fijaría en los de mi tipo, en especial en mi. Me había portado como todo un patán, y ella no merecía eso. No encontraba forma alguna de hablarle, no sabía como iniciar una conversación con ella, por primera vez, tenia miedo de una chica; tenia miedo de lo que pudiese lograr hacerme sentir, pero quería intentarlo...de uno o de otro modo. A veces en clase quería mirarla, era algo complicado pues se sentaba un poco atrás de donde yo. En ocasiones, discreta y temerosamente, me giraba para verla de reojo, con la esperanza de que ella me viera. Pero no, siempre que yo volteaba ella estaba escribiendo algo, o leyendo, o distraída en la ventana. Comenzaba a frustrarme la idea de que compartiría clases con ella y jamás podría hablarle.

Una tarde, la vi salir de la oficina de orientación, decidí entrar ahí; mi desesperación por querer saber que pasaba con ella me obligó a preguntarle a la secretaria, que era lo que ella hacia ahí. Descubrí que acababa de inscribirse a un curso de teatro, me pareció una buena oportunidad para mantenerme cerca de ella y así poder lograr hablarle. Así que lo hice...me inscribí en ese curso.

Amanda Jones... si tan solo supieras que estoy loco por ti...

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