Después de aquel incidente con lo de las botas, y todo ese rollo de cambiar mi look, y que no supe que decir, me repetí a mi misma un millón de veces que no volvería a hacer ninguna clase de intento para que Barry me hiciera caso. ¡Vamos! Ni siquiera soy tan bonita como las chicas que le coquetean, no creo ser su tipo en ningún aspecto, el es el típico chico guapo y popular de la escuela y yo...un simple fantasma.
Estaba en mi salón de clase, y para mi era demasiado sofocante tener que verlo todos los días y no poder si quiera dirigirle el saludo. Me sentaba lo suficientemente cerca de el como para alcanzar a oler su perfume; una fragancia que denotaba, fuerza pero a la vez fragilidad, era suave pero potente al mismo tiempo, no se, sentía que podía reconocer ese perfume donde fuera, así hubiesen cien personas al rededor de el. Suena ridículo, lo se. También me gustaba ver ese lunar tan bonito que tenia de tras de la oreja, me preguntaba cuantos más podría tener en su cuerpo; ver como se acomodaba su imperfecto y despeinado cabello, y que podía verse bien del lado que lo acomodara. No es que estuviera del todo perdidamente enamorada de Barry, pero tenía algo que me hacía enloquecer, tal vez era su misterio, y la forma tan inesperada en que llegó, jamás me había sentido así por ningún chico...ni siquiera por la perfecta carnada de Lucas.
Trataba de convencerme a mi misma de que no debía hacerme ilusiones con el, que solo era una clase de fantasía...
Decidí que iniciaría un curso en la escuela, para distraer mi mente y así tener más créditos extra. Elegí teatro, siempre me ha gustado eso de las actuaciones y la escenografías, y la emoción que se siente cuando todo sale como esperas. No era muy buena actriz, pero que más da. El curso comenzaba el lunes siguiente y a decir verdad, me sentía emocionada, eso ocupaba parte de mis pensamientos y supuse que esa obsesión que tenía con Barry disminuiría.
Mi fin de semana fue el más aburrido de la vida, pero ya el domingo me dediqué a preparar lo que llevaría al día siguiente al curso: cuaderno nuevo, plumas de colores, marca textos y esas cosas que probablemente ocuparía. Me preparé para dormir, cené algo ligero y fui a la cama. Tuve un sueño particularmente extraño en el que yo era la protagonista de una obra, al final de dicha obra, se escuchaban aplausos y gritos de emoción, llovían papelitos de colores y arrojaban rosas rojas, todo iba bien hasta que me daba cuenta que en el auditorio no había nadie, estaba sola, y me inundo una sensación de soledad, de tristeza, de pronto todo se apagaba y se cerraban las puertas y quedaba ahí, sola, tirada en el piso llorando...quien sabe porque.
Amanecí un poco frustrada, pero sabía que solo había sido un sueño y que debía continuar. Era lunes y empezaba mi curso, y estaba dispuesta a ponerle total y absoluta dedicación.
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Por favor, quédate. -
RomanceAmanda es estudiante de preparatoria, su vida es de lo más ordinaria, y lo suficientemente aburrida para cualquier otro adolescente. Hasta que su vida da un giro de 360° cuando, Barry, un chico de intercambio llega a su escuela. No es otra histor...