Instagram; Lauren Jauregui y tú

Capítulo 99

Narrado

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De un momento a otro la puerta se abrió, y como si supiese de que quién se trataba, _____ levantó la mirada. Llevaba unos shorts oscuros y un jersey blanco que le transparentaba el sujetador, que era negro. Fue bochornoso. No sabía quién le habrá dicho que podía salir a un bar con ese short tan cortísimo, casi se le veía el culo -y el de Lauren es, ustedes saben, especialmente llamativo-. Pero bueno, el caso es que pasó por la puerta del bar, vio a _____ y, sonriendo entró a su lado sin decir ninguna palabra. El camarero, enarcando una ceja, le preguntó que quería tomar. Ella tras pensárselo un par de segundos, me que dijo que un botellín de agua.

Su forma de sonreír y de cruzar y descruzar las piernas tenían a _____ embobada.

Al cabo de unos 8 minutos, sin que el camarero la mirase ni una sola vez y sin que _____ se atreviese a dejar de hacerlo, Lauren se levantó, pagó aquella consumición insípida, y se volvió hacia _____.

-Bien...

-Tienes unos hermosos ojos, Lauren. -logró articular con la lengua trabada y traposa.

-También tú, cielo, pero estás borracha y tengo que llevarte a casa. -dijo pasando una mano por la frente de _____ quitando un mechón de pelo pasándolo detrás de su oreja.

-Yo... -se paró de golpe y de repente se detuvo como mareada, dejando escapar un gruñido de enfado.

Lauren se acercó a ella para sujetarla por los hombros y _____ sonrió.

-Estás borracha. -le acusó.

_____ dejó de sonreír.

-No estoy borracha. -protestó, poniendo las manos en su torso mientras se preguntaba por qué sus piernas parecían querer abrirse como las de un potrillo recién nacido.

-Vamos a casa, este bar no tiene buena pinta. -dijo Lauren dándole un suave golpe con su dedo índice en la nariz.

-Pienso que este es un buen lugar. -contestó mirando a su alrededor.

-Callate.

-Lauren, no estoy borracha. -insistió ella, agarrándose a sus antebrazos para no perder el equilibrio-. Son los tacones.

-Voy a llevarte casa. -repitió Lauren, gritando para hacerse oír por encima de la música.

-No quiero irme a casa.

Lauren dijo algo que no entendió, pero sus ojos eran como carbones encendidos cuando se inclinó para tomarla en brazos.

-¡Sueltame! -gritó.

-Dios, estás muy borracha.

-No estoy borracha. -insistió _____.

Lauren puso los ojos en blanco mientras la metía en el auto.

-Túmbate antes de que te caigas.

-Que tontería. -_____ cerró los ojos porque el interior de el auto empezó a dar vueltas de una forma muy peculiar.

_____ abrió los ojos.

-¿Quieres besarme? -le preguntó.

Lauren tuvo que disimular una sonrisa.

-¿Quieres que te bese, cariño?

_____ intentó incorporarse en el asiento.

-Se supone que no debes preguntar eso.

-¿Esperas a que actúe como cavernícola?

_____ lo pensó un momento.

-Oh, claro que sí.

-Hablaremos cuando estés sobria y sepas lo que haces. -dijo Lauren.

-No importa como esté, siempre quiero besarte.

Lauren dejó escapar un suspiro, no tendría que animarla mucho para que la tumbase en el asiento de el auto y se aprovechase de su estado.

-Bien, se me olvida que tienes novio. -resopló.

-Yo...

-¿Puedes abrazarme? -la cortó.

-No entiendes... -dijo cerrando los ojos mientras negaba con la cabeza.

-Solo necesito que me abraces.

Poco a poco sus cuerpos se fueron acercando hasta que suavemente se fundieron en un tierno abrazo y los labios de ambas terminaron uniéndose como si de una sola se tratase.

Lauren suspiró, mientras con suavidad y timidez rozaba sus labios en un intento de recuperar aquella calidez sentida hace dos meses atrás. Ya podía notar aquellas mariposas en su estómago, e inclusive el feroz bombardeo de su corazón.

Una sutil sonrisa se comenzaba a dibujar en los labios de _____. Ni siquiera lograba entenderse a sí misma, ¿por qué sentirse feliz si en realidad debería de estar molesta? Fue en ese instante que sintió como la lengua de Lauren invadía su cavidad bucal, profundizando aquello que había comenzado, y robándole el poco aliento que le quedaba.

Con lentitud _____ comenzaba a alejarse, a distanciar sus labios. Ella volvía a perderse en aquel mar verde de sus ojos. De pronto unas enormes ganas de llorar comenzaron a inundar sus sentidos al recordar lo pasado. Ella deseaba preguntarle el por qué de todo, pero al intentar articular una palabra nada salía. Sus labios se movían, pero no lograba modular nada.

Una lágrima cayó de sus ojos, rodando silenciosa por su mejilla. Lauren, con el torso de su mano, rápidamente limpió esta para luego dejar un tierno beso en sus labios, unos casi fugaz.

-Shhh... quiero que me mires a los ojos y te sientas en casa.

Allí estaba Lauren, portándose como una santa protegiéndola; algo que lamentaría después. ¿O no?, se preguntó.

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:)