No entiendo qué me pasa

1K 81 7
                                    

Abrí mis ojos lentamente debido a los rayos del sol que pasaban a través de las cortinas, era realmente molesto, pero ¿qué podía hacer? no podía comprar unas nuevas, después de todo ahora vivía solo y no tenía dinero. Así es, tengo 17 años y mis padres me dejaron, no voy a culparlos, yo decidí terminar mis estudios aquí mientras ellos viven en otra ciudad. Tampoco voy a quejarme, es cómodo vivir solo, sin regaños ni reglas, además no estoy del todo solo, Nathan siempre viene a visitarme, aunque deja más tiradero del que tengo siempre y no me ayuda a limpiar cuando se va. 

Me senté en la orilla de mi cama mirando el reloj, vaya aún son las 06:15 am, tengo tiempo, me levanté perezosamente y caminé hacía el baño para darme una ducha, espero que eso me despierte. 

Cuando salí de bañarme me vestí con una playera verde y mi chaqueta de cuero negra, un pantalón negro y unos tenis del color de mi playera, no había necesidad de cepillar o arreglar mi cabello, de cualquier forma lo ocultaría bajo mi gorra roja, así que bajé para poder desayunar algo. Cuando baje algo me hizo detenerme en los últimos escalones... la luz de mi cocina estaba prendida. 

Me acerque sigilosamente para encontrar al estúpido de Nathan ahí.

- ¡Buenos días Kevin!- Exclamó con una gran sonrisa en sus labios mientras agitaba su mano diciendo hola, odio que tenga tanta energía tan temprano.

- ¿Cómo demonios entraste? - Pregunté mientras me sentaba en la mesa que estaba a un lado de la cocina.

- Tranquilo, no rompí nada- Se acercó a mi y me dejó enfrente un plato con dos huevos y tocino, se metió a mi casa sin mi permiso pero al menos ya no tuve que cocinar yo.

- Eso no es lo que te pregunté Nat- Dije mirándolo con cierta molestia fingida. 

- Vamos eso no importa, tú come y calla.- Contestó mientras se sentaba enfrente de mi dejando también a mi lado un vaso con jugo de naranja.

- ¿Tu no vas a desayunar nada?- Pregunté mientras comenzaba a comer al ver que él no tenía nada enfrente, me miró y comenzó a reír a carcajadas.... Dios ahora qué hizo? 

- Kevin... ¿De verdad no te diste cuenta?

- ¿De qué?- Lo miré confundido mientras él sacaba del bolsillo de su pantalón unas llaves, espera.... ¡¿Son mis llaves?! -¿ Por qué las tienes idiota? ¡Dámelas! - Exclamé levantándome de la silla para intentar quitárselas. 

- Alto ahí pequeña calabaza.- Dijo mientras las guardaba rápido antes de que pudiera quitárselas. Maldición, de nuevo sus malditos sobornos, siempre hace eso, descubre algo que me da vergüenza, algo que me asusta o me molesta y lo usa en mi contra para conseguir algo a cambio.

- Muy bien ¿ahora qué quieres?

- No es nada malo, el asunto está así... Mi padrastro cada vez está más agresivo y mi madre aún no quiere denunciarlo ni le dice nada, así que quiero vivir aquí contigo.- Se levantó feliz  abriendo sus brazos hacia el techo, como si esto fuera una gran sorpresa, sabía que no tardaría en pedírmelo.

- Olvídalo.

- ¿Ah? ¿Por qué?- Se sentó a mi lado pero en el piso y me jaló de la chaqueta como si fuera un perro. -Por favoor Kevin, te necesito.

- Es broma tonto, claro que puedes vivir aquí.- Dije riendo, adoro hacer que se humille, se levantó y me abrazo sonriendo, desde ahora las cosas serán un completo desastre en mi casa, debería contratar a alguien para que limpie... ¿Quién será bueno?

Suspiré un poco, aún no era tiempo de pensar en nada, miré el reloj y me levanté de golpe, maldición ya son las 06:50, terminé mi desayuno tan rápido como pude y corrí a cepillar mis dientes, la primera clase comienza a las 07:00 am, cuando terminé corrí por mi mochila y mi gorra, Nathan ya me estaba esperando afuera, encendimos mi moto y la manejé tan rápido como me fue posible.

Llegamos un minuto antes de que tocaran el timbre para entrar a clase, apenas alcanzamos a entrar al salón antes que el maestro. Me senté en mi lugar de siempre, en el centro del salón, la fila de en medio, la banca de en medio, a mi lado se sentaba Nazz, la chica más hermosa de toda la escuela, del otro lado estaba Nathan, atrás de mi se encontraba Rofl, el raro que nunca deja de comer y adelante estaba ese chico...

Desde hace algunos días no me he concentrado en las clases, y es todo por culpa de ese doble tonto... No entiendo por qué no puedo dejar de mirarlo, aunque está de espaldas me llama mucho la atención, su cabello que alcanza a salir de su gorro, negro y lacio, se ve tan suave y cuidado, la forma de su espalda, se ve tan frágil y fina, parece más la espalda de una chica. 

¡¿Pero qué rayos estoy pensando?! ¡El es un chico!


----- 

Holi :3 bueno, no sé si alguien lea esto, pero si lo hacen espero que les haya gustado el primer capitulo >w</

No sé qué siento por ti (Kevedd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora