¡Ya lo decidí!

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Maldita sea, no me pude concentrar para nada en las clases.... Todo por culpa de Edd, antes de darme cuenta ya estábamos en la hora del almuerzo, tome los libros que había necesitado en las primeras clases, me levanté de mi asiento y salí del salón para guardarlos en mi casillero, si hay algo que odiaba es tener mis cosas amontonadas. 

Estaba poniendo la clave cuando un susurro llegó a mi oído diciendo cada número que debía poner para poder abrirlo, como odio que haga eso...

- ¡Nat maldito idiota!- Dije mientras me daba vuelta para darle un fuerte golpe en la cabeza, este solo comenzó a reír, de verdad le gusta hacerme enojar.

- Lo siento, solo quería sorprenderte y hacerte saber que me di cuenta.- 

- ¿Cu-cuenta...?- Dije mientras tragaba saliva... por favor, no me digan que notó que estaba viendo a doble D. - No sé de qué me estas hablando.- Susurré para girarme y guardar mis libros. Nat se acercó a mi de nuevo y me susurró asegurándose de que nadie más escuchara.

- ¿Te gusta doble tonto...?- Maldición qué tan obvio soy....?

- Claro que no.- Cerré la puerta de mi casillero de un azotón, no puedo creer que se haya dado cuenta. Nat empezó a reír a carcajadas ante mi reacción, al parecer me puse algo rojo.

- No puedo creerlo Kev.- Se acercó a mi y rodeo mi cuello con su brazo.- No te preocupes, tu buen amigo Nathi te va a ayudar a conquistarlo.

- No gracias, tus planes me asustan.-

- Anda, te la debo por dejarme vivir en tu casa.-

- No me debes nada por eso.- Dije mientras le aventaba el brazo.

- Te puedo ayudar quitando a un pequeño estorbo.- Me voltee a verlo, tenía una enorme sonrisa en su rostro... ¿Qué planea?

Lo jale del brazo hasta los jardines de atrás, donde casi nadie iba, supuestamente estaba "embrujado", una vez que llegamos lo solté y lo miré directamente a los ojos. 

- ¿Qué te traes entre manos Nat?-

- Oh nada Kevin... estaba buscando el momento apropiado para decírtelo, pero ahora que sé que te gusta un chico no tengo problema alguno de decirlo con toda libertad.- 

Lo miré algo extrañado, Nathan no era el tipo de persona a la que le avergüenza decir algo, de hecho lo que quiera decir casi siempre lo dice en el momento que lo recuerde y no le importa si es algo vergonzoso.

- Ya suéltalo.-

Nat tomo aire y me miro fijamente. - Pues es que...- Bajó la mirada por un momento y pude notar que había un leve sonrojo en sus mejillas ¡¿Qué rayos está pasando?! - Kevin a mi... m-me...-

- Si no me lo dices ahora te lo sacaré a golpes Nat.- Dije algo irritado. 

- ¡Me gusta Eddy!- 

Me quedé sin palabras. No sabía que decir, claro que lo apoyaría, es como mi hermano pero... ¿Eddy? ¿Ese maldito enano irritante? 

- S-sé lo que estás pensando Kevin... Pero de verdad no sé cuando pasó, tan solo, comencé a observarlo y hace unos días me dí cuenta de que estaba enamorado, incluso llegué a defenderlo una vez.-

- Te apoyo Nat... pero, ¿estás consciente de que será muy difícil que nos hagan caso?-

- No pienso rendirme hasta que Eddy sea mío.- 

Vaya, se puso firme, nunca lo había visto tan confiado, me alegra que al menos esto se lo tome enserio, sonreí y extendí mi puño hacia él, es como un pacto, si chocamos puños, estamos juntos en lo que sea, esos son los hermanos. Nathan sonrío de una manera muy sincera y choco puño conmigo, ahora si, definitivamente los vamos a conquistar. 

No sé qué siento por ti (Kevedd)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora