No sé qué siento por ti (Kevedd)

Miradas extrañas

Narra doble D 

Desde esta mañana me siento muy observado, bueno, por ser el nerd que nunca quiere romper las reglas siempre he sido observado pero ahora lo siento aún más, no sé si me estoy volviendo loco, pero siempre que miro alrededor puedo notar a Kevin mirándome.

Me siento inevitablemente intimidado, digo, no soy nada bueno en actividad física y el es el líder del equipo de fútbol americano y el bravucón de la escuela, tengo una ligero presentimiento de que en cualquier momento saldré golpeado por él y su mejor amigo. 

Suspiré para mi mismo cuando vi salir a Kevin del salón de clase y detrás de él a Nathan, me levanté y acomodé todo para salir a encontrarme con uno de mis mejores amigos, Eddy.

- Hola cabeza de calcetín.- Dijo el más enano de los Ed's mientras entraba al salón para revolverme la gorra como si fuese mi cabello.

- Hola Eddy, no tardaste nada.- Lo miré con una sonrisa.

- Sí, es aburrido estar en diferentes salones este año, además Ed no va a regresar dentro de una semana o más.- Lo miré, se veía desanimado, puse mi mano en su hombro y sonreí.

- No te preocupes Eddy, estoy seguro de que nuestro apreciado amigo regresará pronto de ese afortunado viaje familiar.- 

Eddy me devolvió la sonrisa y me jalo de la mano sacándome del salón. - Doble D tengo que contarte algo, creo que me estoy volviendo loco...

- ¿Qué sucede amigo?-

- No podemos hablar aquí, nos van a escuchar.- Me jaló hasta que llegamos a la cancha de fútbol, estaba vacía y alejada, una vez que llegamos se sentó en las gradas y me miró. - Edd, lo que voy a decirte es muy extraño y no estoy seguro, solo que ya no aguanto y necesito decírselo a alguien o me volveré loco...-

- ¿Qué pasa Eddy? Puedes confiar en mi.- Me senté a su lado, se veía muy angustiado.

- Verás... El día que se fue Ed ¿Recuerdas que me quedé en el parque?-

- Así es, lo recuerdo muy bien.-

- Bueno, me quedé ahí hasta tarde y... antes de darme cuenta ya era de noche así que decidí volver a casa.-

- Ve al grano Eddy.-

- Cuando caminaba ya no se podía ver nada, pero sentí que  me estaban siguiendo.-

- ¿La-ladrones...?- Susurré mirándolo mientras comenzaba a temblar.

- No lo sé, solo recuerdo que uno de ellos me golpeo en la cabeza y lo último que logré ver fue a una persona ayudándome, la sombra de que lo habían herido con una especie de navaja en el brazo...-

- Oh por dios Eddy... Esto es grabe grabe muy muy grabe.- Comencé a ponerme histérico, caminaba de un lado a otro hasta que decidí ver a Eddy, se veía perdido. - ¿Qué ocurrió después?

- Desperté en mi casa...- Susurró con la mirada abajo.

- ¿Y sabes quién te defendió?- Pregunté mirándolo fijamente, el alzó la mirada.

- ¿Ya viste que Nathan tiene su brazo vendado?-