No sé qué siento por ti (Kevedd)

Nuestra primera cita (Parte 2)

Justo como ayer, la heladería estaba completamente vacía. Al entrar sonó una campanita, le dije a Doble D que escogiera una mesita para sentarnos mientras yo iba a pedir los helados, él asintió de una manera tierna y caminó, yo fui al mostrador, si así se le puede llamar y pedí un helado de cereza para mi ángel y otro de café para mi, me los dieron en unos minutos, pagué y fui en busca de mi razón de ser; estaba en la última mesa, mirando fijamente a los árboles que se asomaban por la ventana, me pregunté entonces si así perdía el tiempo cuando estaba solo. 

Y ahora que comienzo a pensar, tal vez tiene esa obsesión de leer tanto porque así se distraía antes de conocer a Ed y Eddy, y cuando no están con él. Millones de pensamientos invadieron mi cabeza, Edd... mi hermoso Edd, era bastante miedoso, aún así dormía solo casi todas las noches, era muy sensible, aún así obedecía todo lo que sus padres le decía, y les decía que los amaba, los consideraba buenos padres, aunque no estaban a su lado. Recuerdo el día que Eddy nos hizo romper las reglas y Doble D llamó a nuestros padres, todos llegaron, todos menos los suyos...

Sentí un nudo en mi garganta al pensar en todas las noches que Edd debió sentirse tan solo, cuando a todos nos ordenaban meternos porque ya era noche, y él iba a casa, no porque le dijeran que tenía que entrar, sino porque ya no tenía a nadie con quien jugar afuera. 

De la nada me dieron ganas de correr a él, abrazarlo tan fuerte como me fuera posible, pero si sabía que pensaba mucho en eso se preocuparía, mejor caminé tranquilo y dejé su helado frente a él, me senté y le sonreí de la manera más natural que pude.

- Ahí está mi ángel.- Dije sacándolo de sus pensamientos, volvió a mi y su sonrisa me hizo enrojecer, aún creía que ese huequito entre sus dientes lo hacía más adorable.

- Muchas gracias Kevin.-

- No es nada, estos me gustan mucho a mi, espero que también te gusten a ti.- Tomé su suave mano y entrelacé nuestros dedos, haciéndolo sonrojar, pero también sonreír, y ahí lo volví a entender, jamás dejaría que esa hermosa sonrisa se borrara de sus labios.

- Yo creo que me gustará, después de todo es helado.- Comentó riendo levemente, con la mano que no tomaba la mía, agarro la pequeña cucharita y probó un poco, sus mejillas se pusieron aún más rojas y un hermoso brillo se pudo claramente apreciar en sus ojitos.- ¡Está delicioso Kev!-

- Oh lo sé lo sé.- Dije orgulloso para dar un bocado al mío.- Oh vaya, saben mucho mejor hoy.- Me dije a mi mismo, ambos nos perdimos tanto en el sabor que los helados no nos duraron casi nada.- ¿Quieres otro cariño?-

- ¿Puedo?- Preguntó con ese resplandor de nuevo, como negarme a él.

- Por supuesto.- Dije para luego levantarme.- ¿De lo mismo? Puedo pedirte otro sabor ahora.-

- Mmmm chocolate por favor.- Contestó sonriendo con sus ojitos cerrados, asentí y caminé al mostrador de nuevo pidiendo esta vez uno de chocolate y otro de café, así es, Nat me hizo adicto al café.

Regresé con Edd quien me esperaba felizmente.

- Aquí tienes.- Dije dándole su helado, me sonrío dulcemente y contestó un adorable Gracias; nos sentamos y esta vez hablamos de tonterías una vez más. Yo le pregunté el por qué siempre estaba con Ed y Eddy, me respondió que ellos habían sido sus mejores amigos desde que llegó al barrio, y que habían sido los primeros en hablarle, recuerdo haber querido hablarle, pero antes de hacerlo llegó Eddy y lo jaló, pinche Eddy.

Cuando nos acabamos el segundo helado miré la hora de mi celular, ya casi empezaba la firma de libros.

- Vamos Edd, aún queda un lugar al que quiero llevarte.- Dije tomándolo de la mano y guiándolo a la salida, me estuvo interrogando de a dónde íbamos y cosas así, de nuevo no le puse mucha atención pues sabía perfectamente de qué se trataba., se quedó callado cuando llegamos a la puerta del café, claro no dejé que viera los anuncios de la firma, lo distraje, lo besé un par de veces, le pregunté por qué las hojas eran verdes, cosas así, ya saben, para distraer a un nerd.