Silencio Incómodo

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CAPITULO 5: Silencio Incómodo

¿Estás bien? - Sacándome de mis cavilaciones – pareces algo enferma.

No nada…es sólo que estar aquí atrapada en el ascensor no es la ilusión de mi vida y me esta a punto de dar un ataque de pánico – se rio con lo que dije – pero por favor no te preocupes si lo estoy pasando genial.

Creo que no fue el tono correcto el del final de mi oración, porque se quedo callada largo rato.

Siempre eres así de pesada o sólo cuando te apunto con mi linterna en la cara – no me dejo ni mencionar el ¿Qué? Cuando ya estaba poniendo esa luz blanca directamente en mis ojos.

Baja eso– le conteste, interponiendo mis manos entre la luz y mi cara - no vez que puedo quedar ciega

Uhm…un poco exagerado no crees – Donde quedó esa timidez que demostró al entrar al ascensor – bueno…si prefieres que nos quedemos las dos a oscuras por mi no hay problema.- Concluyo Cris.

Una parte de mi lo prefiere, porque las sombras que se forman dan mas miedo…- quise rectificar esto ultimo pero era muy tarde – digo…

¿Le tienes miedo a la oscuridad? – Me preguntó apuntándose la linterna debajo del rostro, dándole una tonalidad más terrorífica. No me gusta el terror – ¿Qué edad tienes?

Si quería que cayera como una niña miedosa, déjame decirte que lo logro.

Era hora del contraataque, a poco no pensaba ella que me había olvidado de la conversación con sus amigos…siempre un as bajo la manga.

¿Dónde quedo la chica sonrojada que entró al ascensor? – le dije con malicia mientras la miraba – y yo que pensé que te habías avergonzado por escucharte decirle a tus amigos que te gusto.

Un disparo perfecto. Dejó de jugar con la linterna en su cara; lo último que vi antes que lo apagara fue que bajo la mirada desafiante que me tenía y termino viendo a la puerta del ascensor; quien sabe si se abriría ahora.

Silencio incomodo. Oscuridad persiguiéndome.

*** ****

Al cabo de una media hora y mi compañía seguía muda. Éramos las dos atrapadas en un ascensor.

Ahora que recuerdo hace unos días vi en youtube un video de un hombre que se quedo 41 horas en un ascensor. Mmm…No es momento de deprimirme mas…hablemos.

Me senté en el ascensor, había pasado ya bastante rato y no es que si me rescataban se iban a fijar que estuviera de pie o recostada. El movimiento que hice hasta encontrar una posición adecuada fue muy ruidoso, además que sin querer le golpeé con mi zapatilla.

Ouch – Escuche en la penumbra.

Disculpa, es sólo que estoy cansada de estar parada – fue mi respuesta instantánea, mientras me quitaba el maletín y dejaba a un costado el porta planos.

Recosté mi cabeza contra la parte posterior del ascensor, cerré los ojos…la falta de luz me ponía de nervios, al menos al tratar de relajarme me olvidaba de que la chica frente a mi no me hablaba.

Mañana tendré una buena historia que decirle a Erika, eso si no lo ve en televisión y si lo hace…entonces….entonces yo estaré preguntándole a san Pedro porque no me deja entrar.

Ahora que recuerdo la otra vez que nos quedamos atrapadas no me dijo que estudiaba. Seria bueno preguntarle, me quede con curiosidad. ¡Uhm! creo que aprecia demasiado estar callada.

Comencé a estirar mis brazos como era costumbre cuando no tenia que hacer, por lo menos ahora ya no tenia ataque de pánico, había superado mi miedo al ascensor. Algo bueno estoy sacando.

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