Insospechada Información

480 22 3
                                    

CAPITULO 12: Insospechada Información

Si tuviera el poder de detener el tiempo, habría usado ese comodín ahora. Necesito ordenar mis ideas. Estoy segura que si me preguntaran en este instante ¿Qué es el calentamiento global? mi respuesta sonaría a:…La nueva canción de Metallica; ¿y la capa de ozono? Alguna nueva tendencia en ropa.

¿Es una chica? – Lo mire como lo mire, esa es la verdad - ¡es una chica!

No sacaba respuesta de Cris, se limitó a mover la cabeza de arriba abajo, y  jugando a enredar sus dedos. Uno, dos, tres segundos bastaron, dio un respiro fuerte y volvió a sentarse a mi costado. Con la valentía renovada junto a su determinación.

Uhm…Bueno, según su partida de nacimiento, su documento de identidad, su carnet universitario y claro las cuestiones anatómicas – Resopló tranquilamente - Sip, es una chica.

Ahora me tocaba a mi, dar una opinión, no negare que fue una sorpresa, tenia la boca abierta de par en par, pero mas que eso, nada. Los sentimientos no tienen que ver con el sexo de las personas. Aparte de que facilitaba mis futuras tácticas para conquistarla, le gustan las chicas. Y a mi me gusta Cris, lo demás sólo es un complemento.

Entonces te gusta una chica, y llevas su foto contigo – respondí calmando la exaltación de toda la noticia – lo entiendo.

¿Segura? – Comentó examinando mis reacciones – por cierto, me gustaba…ya no.

No le escribí un poema como tú de despedida, simplemente, me di cuenta que no comprendía mis sentimientos – Alzó sus hombros al afirmar eso - me dolió sí, casi dejo de estudiar en la universidad por ella sí, y desde ahí tengo miedo a declarar a otra persona mis sentimientos por temor al rechazo, sí.

Por otro parte, logre desarrollar este optimismo único...je je je – rió ante sus palabras - ¿Qué piensas?

Eso quiere decir que no has vuelto a salir con otra chica desde entonces – para mí la parte mas esencial era esa – este…quiero decir ¡salud! Por tu optimismo – no era un brindis. No, no lo era.

Puso cara de sorprendida e intriga total ante mi casual intervención, ¿podrá leer mi mente?

Meditando su respuesta, no se cuanto tiempo; muy efusivamente, se abrazó fuerte de mi brazo.

Si tanto le interesa señorita, le confesaré que no he estado saliendo ni con niñas ni con niños – Muy animada comenzó a hablar - No porque me falten pretendientes, ¡uff! de esos tengo listas…sino por decisión propia. Me gusta mi libertad.

Bajo esa mascara de felicidad y arrogancia, algo me decía que no era tan cierto. Quien sabe tanto le marcó esa chica, que prefiere no salir herida nuevamente. Se honesta pequeña Cris, o debo darte un consejo al igual que tú me lo diste.

No te cierres tanto en tus ideas – no se en que momento se convirtió en personal mi mensaje - alguien puede estar ahora, aquí, pensando en ti y no se anima a confesarlo por sentirse insegura de que la aceptes.

Ya no le ocultaba nada. Había dado ese paso invisible, reprimiendo mis miedos y poniendo mi tonta confesión en sus manos. Bajé la mirada. Me aceptas.

Soltó su agarre, lo próximo que supe es que nuevamente se paró. Un ruidito a golpe, me hizo buscarla. Es tan graciosa, incluso cuando se vuelve loca. Había identificado que la forma de salir era dándose de cabezazos contra la pared de acero, era eso, o le había chocado tanto mi revelación.

Al tercer golpe con la pared, me preocupe. No quería que me rescaten junto al cadáver de Cris, toda descerebrada. Un charco de sangre, la única culpable a un costado, y una preciosa chica que debió soportar tal masacre. No es muy buena idea.

Relatos de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora