Idiomas indescifrables

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CAPITULO 15: Idiomas indescifrables

Mientras la noche debe de estar por despedirse, y los vecinos por levantarse. Las personas se preguntarán si los ruidos de la madrugada, eran producto de su imaginación, uno de esos sueños subiditos de tono, los que no sabes cuando aparecerán… dudas. Todos tendrán dudas.

Mi mundo nació cuando la tuve entre mis brazos, pido silencio al público porque mi amada descansa, no quiero que ni mis respiros la despierten. Se lo merece, tanto hicimos anoche, que tengo miedo de haberme muerto y no darme cuenta. Luego por si fuera poco, se coló en mis pensamientos y ahí ¡uff! Si que no se detuvo.

No se que idioma hablamos en todas esas horas que nos seducimos; mi niña Cris. Son tan dulces sus caricias, como gotas de lluvia empapándome toda, es un viento furioso, que me mueve a su antojo, es el polvo que irrita mis ojos, arrancándome lágrimas. Es mi utopía hecha humana.

Me gaste tanto en sus besos, en definir la textura de su cuerpo, no tengo fuerza ni para abrir mis párpados, sólo la siento abrazada a mi, recostando su cabeza en mi pecho. Cuando despertemos, le diré que debe marcar esta fecha en su calendario… es la primera vez que no se cae de la cama…jajaja…me hace feliz.

Volé sin alas.

Bebí de sus labios de ensueño, la tomé todita. Siento en la yema de mis dedos su anatomía, no dejé un rincón fuera de mi alcance. Y ella, me trastornó. Deberían encerrarla en una jaula…es una fiera. Hasta creo que el cinturón hubiera dolido menos, cuando tenga en mis manos un espejo, sin duda revisare mi espalda, debo tener miles de arañazos. Que diré: Me peleé con una gata en celo.

Entonces, comienzo a perder el temple, no aguanto más el sueño y duermo con ella, ella duerme conmigo. Las dos desnudas, rendidas por tanto amor. Acurrucándonos para recuperar las fuerzas. Ella callaba cuando nos besábamos, callaba cuando revisé sus lunares, callamos porque gozamos. Y cuando no soportábamos mas, nos desinhibimos, la viví. Me vivió.

*** ***

Ey chiquita, hasta que hora vas a dormir – Escuche entre sueños su voz -…tanto te ha gustado el piso del ascensor.

Sonreí. Al tiempo que me estiraba, alejando la pereza pero esta no quería irse. Hoy es un nuevo día y debo dedicárselo a mi comunicadora.

Un ratito más…ven – La jalé del brazo para que de nuevo se recostara conmigo – ven – le rogué.

Pensé que me saldría con una de las suyas; le gusta ser tan autoritaria…o es únicamente conmigo así. Bueno, esta vez, se doblegó a mis súplicas, y mi manso corderito me permitió rodearla con mis brazos.

Habían pasado unas horas, ninguna quería levantarse, mirábamos el techo…tan pacíficamente. El calor que desprende su cuerpo, me calienta hasta los huesos. Y desprevenida Cris; me acerco, quiero corroborar el sabor de sus labios.

Fue una buena noche ¿Cierto? – gira la cabeza y me sonríe, percatándose que estaba a punto de besarla. Descubrió mi fechoría. – jajaja ¡uy! todavía tienes energía…uhm…déjame extinguirla.

¡Oh no!

¡OH NO!

Se aproxima a mis labios, cerrando sus ojitos para disfrutar al máximo. Me empuja con su lengua, me recorre toda por dentro, juguetea conmigo, me muerde el labio inferior, y arremete nuevamente. Mi lengua la persigue, corretea detrás de la suya. Las enredamos, las acariciamos.

Pues qué le dieron a Cris de desayuno, algún afrodisiaco… y de los más potentes.

Ella esta insaciable.

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