Lluvia.

Cinco.

"Ocho meses pasaron desde aquel lluvioso día."

-¿Ocho meses? ¿Y que pasó con ellos?

-Ya verás.

"Cada tarde sin falta salían en dirección a el solitario parque. Se sentaban en el mismo árbol a conversar o jugaban en la fuente que ellos mismos reconstruyeron poco a poco. Cada día era diferente al anterior pero, sus favoritos, como te podrás imaginar, eran en los que llovía.

Lluvia descubrió que, además de ser un chico Misterioso e interesante, Cloud era una muy linda persona. De las mejores que había conocido en toda su vida. Día con día aprendía muchísimas cosas de él, a su lado jamás se aburría. No comprendía a la perfección sus sentimientos hacia él; por lo cual, no supo el momento exacto en el que comenzó a quererle.

Por su parte, Cloud estaba interesado más que nunca en la dulce chica de la lluvia. Admiraba demasiado su forma de ser, una chica bondadosa y muy risueña. Le encantaba su sonrisa y más porque todo el tiempo sonreía, ante cualquier situación, ella estaba sonriente. Pero sus ojos, esos grandes y brillantes ojos grises tenían un toque mágico que lo volvía loco. Estaba seguro que su rostro era el que quería ver todos los días al despertar.

Entre ellos no existieron las típicas palabras: Me gustas, no eran necesarias. Sabían lo que sentían. Y era perfecto.