Lluvia.

Diez.

"Eran las 7 menos 15, en cualquier momento llegaría la familia de aquel desconocido al que en algunos años llamaría 'esposo'.

Pero a la única persona a la que quería llamar así era a Cloud, el misterio chico del parque.

En ese momento lo único que deseaba era correr a los brazos de él, pero en cambio, estaba sentada en el sofá, con el lindo vestido rosa pálido que su padre le había entregado hace unos minutos y sus zapatillas de tacón negras favoritas; esperando.

Ni siquiera en un día importante sus padres estaban con ella. Sophia y David Henderson tenían asuntos de negocios que resolver. Así que solo ordenaron a la ama de llaves que les avisará cuando sus invitados llegarán.

Lluvia sabia que debía comportarse como en cualquier otra reunión de negocios a las que asistía de vez en cuando con sus padres. Debía ser una niña linda, inteligente y educada.

Se preguntó porque se sentía como si fuera a una de esas aburridas reuniones, ya que no era nada parecido. En unos minutos conocería a la persona con la que pasaría el resto de su vida, y a la familia de este.

Desde los 10 años pensaba en como seria ese día, desde que sus padres le informaron del matrimonio arreglado el miedo por conocer a esa persona la perseguía. Pero a la vez, le emocionaba, estaba ansiosa de conocer a ese tal Dylan del que sus padres siempre le hablaban.

Pero no ese día. Cuando conoció a Cloud todo cambio. Al principio no quería quererlo, porque sabia que en algún momento tendría que olvidarlo. Y mientras más quieras a alguien, más duele olvidarlo. Y aún siendo consciente de todo eso, se permitió amarlo. Se enamoró de él como una loca y no estaba dispuesta a dejarlo.

De pronto sonó al timbre y sus padres salieron apresurados del despacho. Dylan y su familia habían llegado."