The girl with strange eyes. ||Carl Grimes||

Capítulo 6

- Él vendrá - murmuró la chica al entrar por la ventana. Él estaba sentado en el suelo, rellenando las mochilas con la preocupación pintada en la cara.

- Menos mal, eso ya nos da un poco más de ventaja - contestó con una media sonrisa, pero sin llegar a ver a su hermana - Tengo miedo. ¿Y si comienzan a buscarnos? - la chica lo abrazo por la espalda, tratando de reconfortarlo un poquito. Ella estaba igual de nerviosa y tenía miedo de que el peor escenario se les presentara. Pero aun así, quedarse ahí era solo esperar un tiro por la espalda.

- No te preocupe por eso ahora - habló con dulzura; Nathaniel únicamente suspiró, dejándose apretar por los fuertes brazos de su hermana.

Como la envidiaba. Probablemente había vivido la experiencia más traumática de sus vidas y quien estaba siendo reconfortado era él. Siempre parecía tan fuerte y habilidosa. Él deseaba ser un poco como ella. Quería saber encorvarse en las sillas con muecas serias y tener esa perfecta puntería.

Se quedaron sentados en el suelo. Espalda con espalda y sus armas apuntando a ventana y puerta. Si alguien entraba y trataba de hacerles daño, tendrían que actuar rápido.

Catherine mantenía los ojos fijos sobre la puerta, tratando de sentir o escuchar cualquier tipo de ruido o pisada. Sin embargo, fue el lado de la ventana la que la alertó. Nathaniel ya codeaba su costado, ambos se movieron lentamente y alzaron las armas hacia la ventana.

- ¿Disparamos? - susurró con voz extrañamente calmada mientras jalaba la corredera del arma.

- Primero veamos -

Su sorpresa fue toparse con un rostro conocido. Ojos oscuros y piel morena.

Michonne.

El nombre había salido de ambas bocas con una perfecta sincronización e incredulidad. Nathaniel se apresuró a ayudarla a entrar a la habitación, sujetándola por el brazo y echando una miradita al grupo de personas que se escondían en las sombras.

- Necesito tu ayuda - habló ignorando totalmente al muchacho. Los ojos incrédulos se posaron en el rostro sorprendido de su hermana.

- No sé que clase de ayuda necesites -

- Un rescate.

- Michonne, este no es el mejor momento. Lo lamento - se disculpó, le sabía mal en la boca. Pero su vida y la de su hermano estaban en juego.

- Hay un par de personas secuestradas aquí y necesito que me ayudes a encontrarlos -

- ¿Una chica bonita de ojos verdes? - interrumpió Nathaniel para sorpresa de la castaña.

- Y un muchacho asiático - el chico jaló con fuerza su cabello, parpadeando con rapidez en un intento de frenar las lágrimas de frustración.

- Ya sentía que algo así pasaría - habló finalmente con una entristecida sonrisa. Se acercó despacio a su hermana, tomando las manos ajenas para ponerlas en sus mejillas - ayúdalos. Te necesitan más que yo -

- Nath... No, yo. Tú eres mi prioridad y...

- Y yo estaré bien. Pero no puedo decir lo mismo de ese par - una preciosa sonrisa le iluminó el rostro - Michonne ¿Podrías darnos un segundo? La enviaré en un momento - sin hacer un solo ruido, la mujer desapareció del cuarto como una sombra - es seguro que lloverán balas. Pero esto es ventajoso de muchas maneras.

- No quiero dejarte - la preciosa mueca del chico hacia un contraste espantoso con los ojos perturbados de la más baja.

Pero él no contestó de inmediato. Sus rizos de oro oscuro, tal vez de cobre, rebotaron cuando se lanzó a los brazos ajenos. Catherine sintió nuevamente lo alto y fuerte que se estaba volviendo y que, a pesar de eso, aun conservaba ese olor dulce y propio de vainilla, mezclado con jabón y ropa encerrada. Un doloroso nudo se instaló en su garganta, acompañado de tibias lagrimas salidas en ambos pares de ojos.