Torpe. (l.s.)

94.

1 de octubre de 2033

Harry fruncio el ceño mirándose en el espejo, pero al ver la arruga que se formo entre sus cejas relajo su cara, aunque eso de nada sirvió.

-Hey, amor, ¿Porque tardas tanto?- Louis se asomo por la puerta del baño.

-Ven- le contesto sin despegar su mirada del espejo- ¿Qué es lo que ves cuando me miras?- le pregunto volteandose y mirándolo de frente.

Louis ni siquiera se lo pensó antes de decir: -Veo a un bebé hermoso- lo pellizco de las mejillas y paro los labios, casi besandolo, pero Harry saco la cara de entre sus manos.

-No, no, ve esto- le dijo apuntando las esquinas de sus ojos.

-¿Qué tienes?- Louis entrecerro los ojos incluso, pero no veía nada.

-¡Patas de gallo, Louis! ¡Tengo patas de gallo! ¡Tengo arrugas!

Louis alzo una ceja y lo miro extrañado.

-¿Y eso que?- se encogió de hombros- Yo siempre he tenido arruguitas.

-Pues, pues si, pero tu siempre te has visto guapo, con arruguitas y todo y yo...- se volteo, angustiado, para verse en el espejo una vez más, sus manos sobre sus mejillas y los ojos enormes.

-Ya, no seas dramático- le dijo Louis abrazándolo por la cintura, su barbilla apoyada en el hombro y ambos viéndose en el espejo-. Imaginate a nosotros en unos años, sentados en el columpio del patio trasero, llenos de arrugas, pero felices, porque estamos viendo a nuestros nietos jugar en el jardín, mientras nuestros hijos le dan vuelta a la barbacoa, en ese momento ¿Crees que te importen las arrugas?

Harry tenia los ojos acuosos y el corazón acelerado, mirando a Louis, que le sonreía, a través del espejo y era un momento hermoso, si, pero

-Si, bueno, tal vez en ese momento no me importe, pero justo ahora si- él realmente no pudo evitar decir mientras sacaba la crema anti-arrugas de su neceser y se aplicaba una generosa cantidad sobre su rostro.

Louis lo soltó y rodó los ojos.

-Si no te das prisa, nos vamos a ir sin ti- y salio del baño sin ver la sonrisa picara de Harry.