"No se puede ser fuerte con alguien que es tú debilidad"
-Acción poética
Estaba acelerada no dejaba de pensar en el Armin, Armin, MI ARMIN ¿Cómo pudieron saber de él ? ¿Cómo encontraron una conexión conmigo? Me repetía mientras repasaba cada acción que había hecho desde que lo vi por primera vez.
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Era un día bastante frío como siempre estaba sola en una cafetería a la que había estado recurriendo constantemente, lo cual tenía que parar ya que no puedo quedarme en un mismo lugar por mucho tiempo, gajes del oficio, tomaba una taza de café muy cargado mientras pensaba en los siguientes planes para transportar la mercancía hasta que una voz tierna pero masculina me hablo.
-Disculpa- alce la mirada de mi taza de café y lo primero que vi fueron unos enormes ojos azules muy profundos, para mí, comparables con el color del mar.
-La cafetería ya tiene que cerrar- me dijo de la manera más amable que hubiera podido.
-Si, si, lo siento me iré en un minuto- le respondí y me tome todo mi café de un sorbo lo cual dejo sorprendido al chico y le di el primer billete que pude sacar de mi cartera e inmediatamente salí del local mientras escuchaba como el chico me llamaba reclamando que le había dado dinero de sobra lo único que hice al respecto fue pedirle que conservará lo que sobrase y al por fin salir de la tienda suspire mientras mi mente repartía:
"Tengo que volver a ver esos ojos"
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Desde ese momento no me importó nada más que el, Armin el chico que tiene el mar en los ojos, pero algo salió mal, como había previsto, si me quedo durante mucho tiempo en un mismo lugar me descubren y si me descubren me asesinaran pero en esos momentos en los que espiaba a Armin desde la misma mesa todos los días no me importaba nada más, solo el, hasta que un maldito día no encontré su sonrisa en el local, ni su amable forma de pedir la orden, ni siquiera sus bellos ojos, no, ese día encontré policías en el lugar pero esta vez no me buscaban a mi si no que a Armin.
De alguna manera me habían descubierto pero algo que me temía más que el hecho de que me encontrarán era que encontraran mi debilidad, a mi chico.
Así que aquí me tienen caminado rápidamente para llegar al motel donde tienen preso a mi chico, con un armas en cada mano y dos más ocultas bajo la gabardina que portaba además de una cara que solo reflejaba ira.
Destroce la puerta de una patada para por fin llegar a mi destino en el cual me recibieron obviamente de mala manera, dos hombre se acercaron a mi amenazantemente y me trataron de atacar pero con dos plomazos los deje en el suelo mientras hacía un gesto de molestia con la boca y seguía mi camino hacia la sala principal donde los pude ver, esos ojos que me derretían ahora me estaban destrozando al tener la apariencia de que se deshacían con las lágrimas de sufrimiento que salían de ellos. Armin estaba atado a una silla y amordazado,
al verme enloqueció y empezó a moverse con desesperación, yo en mi momento de debilidad lo abrace y empece a consolarlo mientras le decía que lo sacaría de ahí hasta que escuche que alguien quito el seguro de un arma la cual apuntaba directamente a mi cabeza.
¡Perfecto! Me había descuidado mínimamente y ahora tenía a alguien apuntándome directamente a la nuca dispuesto a matarme.
-¡¡Levántate!!- me grito
- ¿Quién lo diría? La narcotraficante más poderosa del estado solo necesitaba de una carnada rubia para poder mostrarse- soltó burlonamente.
-Eres detestable Zawahiri- le dije con asco mirando los ojos de Armin el cual estaba impactado por los que había escuchado.
-Jaja Vamos cariño no soy tan malo, ahora vendrás conmigo- me tomo del pelo y me arrastró hacia afuera de la habitación pero justo antes de que me pudiera sacar con un ágil movimiento saque un pequeño cuchillos que había en mi zapato clavándoselo en el estomago.
-¿Ahora quien es el malo?, "cariño"- le pague el estomago clavando aún más el cuchillo y tome su arma.
-No hay tiempo que perder, tenemos que salir de aquí- le dije a Armin mientras lo desataba y lo librera a de aquella situación tan incomoda y aterradora.
-Y-yo N-nece-sito ..-
-¡¡Luego te daré una explicación ahora corre!!- corrí tomando su mano y evitándose cualquier retraso que pudiera detenernos, sabía que este hombre no me lo dejaría tan fácil así que cuando estuvimos a una cierta distancia del motel apreté el botón destinado a hacer explotar todo el edificio.
-Al parecer me subestimo demasiado- dije mientras me alejaba y arrastraba a Armin de una manera muy brusca pero con cariño y el enloquecía mientras trataba de procesar todo lo que había pasado en su cabeza.
-Por cierto, Armin la razón por la que iba todos los días al café era porque tú me gustas- él me miró muy sorprendido y anonadado, de hecho su cara era una obra de arte, jamás había visto tantas emociones en una misma expresión.
-Pues creo que no tengo opción- dijo algo intimidado.
- No, no la tienes- le respondí rápidamente.
Y así fue como un inocente chico de espléndidos ojos que se comparaban con el mar terminó con una narcotraficante desdichada como yo.
