- Hola...- dijo la niña, que debía tener unos 14 o 15 años.
-Hola, no tengas miedo, ya pasó - después de ver esas imágenes creo que ella debe estar muy traumada.
- Estoy perfectamente. ¿Quién eres? ¿Cómo has hecho eso? ¿Porque no recuerdo nada? ¿Porque estoy en esa sala tan rara?
- Primero, hola. Después he aparecido por una puerta como la gente normal pero tú estabas como en un trance o congelada y no te has enterado. Lo demás no creo que te lo pueda contestar pero te he de decir que al tocarte he tenido una especie de visión. -dije por fin finalizando mi pequeño relato.
- ¿Cómo que una visión?- contestó la niña asombrada.
- Si, cuando estabas "paralizada" te toque y creo que vi a tu padre, a tu madre y a tu hermano pequeño.
- Eso es imposible, yo no recuerdo tener familia. Es como si hubiese vuelto a nacer. - razonó la chica con un tono asombrado.
-No sé cómo lo he hecho. Si quieres tómame por loca o lo que quieras, pero digo la verdad.
Después de esa frase la chica se quedó pensativa y un silencio incómodo se formó en el ambiente. Así que decidí presentarme.
- Sin nombre, aunque esa voz me dijo Casandra Miller.- le extendí la mano en forma de saludo.- Sin nombre, aunque deduzco que es Kily McCallen. - dijo con cierta timidez.
Claro tiene sentido la voz que escuche dijo este nombre y el de Alexander. Así que al chico que encerré, accidentalmente, debe ser Alexander.
Pero no tiene sentido ¿si esto fuera una prueba, no debería ser individual?
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En pocos minutos decidimos que las dos pasaremos por la misma puerta pero a la vez.- Una, dos y tres - en este mismo instante pasamos la puerta pero noto que de golpe no me puedo mover. La chica, mejor dicho Kily, me tiene cogida de la mano pero esta petrificada. Intentó zafarme y no puedo. Así que, con mucho cuidado, intentó abrirle la mano. Cuando estoy a punto de conseguirlo se oye un crack y es su dedo ya que está totalmente fuera de lugar. Como si se lo hubieran cortado.
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La puerta no se cierra sino que desaparece junto al cuerpo de Kily petrificado.
Vuelvo a la realidad y pienso en qué hacer. No tengo salida. Todo es totalmente negro y solo se ve un punto rojo que se va moviendo. Voy acercándome y con esa luz roja se ilumina una roca gigante con forma de buda. Al verlo siento respeto y a la vez admiración. Me siento atraída hacia ese objeto. Y por eso intento llegar a él.
Cuando llegó a tocarlo un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Mi mente se inunda de imágenes de este mismo lugar con gente muriendo quemada o ahoga.
Al volver en mi, decido escalar por la piedra hasta llegar a lo más alto. Y como he predecido, el agua empieza a subir.
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Nacer y morir
Teen FictionHola aquí os dejo una historia emocionante, al principio los capítulos son cortos pero espero que les guste. La historia surge de la nada sin principio ni final. Derechos reservados al escritor barbara2016