Capítulo 8: Las cartas sobre la mesa*

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[Ponía literalmente "El gato esta fuera de la bolsa", más adelante les explico por qué lo cambie.]

Una vez más, por la mañana me recibió un cielo oscuro en el exterior, pero por primera vez en dos días, sentí un terrible dolor corriendo a través de mi cuerpo. No fue tan malo, más como lo que sentía después de presionarme a mí mismo demasiado duro en el gimnasio. Mis músculos se regocijaban cuando me moví, pero al mismo tiempo, me maldecían por atreverme a moverme. La fiebre del músculo era una sensación paradójica, que se sentía bastante bien.

Me levante de la cama sencilla, una manta extendida a través de un parche de hierba, me arrastré fuera de la tienda y estire los brazos y las piernas un poco. La sensación refrescante se precipitó sobre mí de inmediato y luego fue seguido por el dolor. Gemí un poco y sacudí las manos y las piernas, con la esperanza de deshacerme de él, aunque con ninguna posibilidad.

No fue hasta el punto donde se me permitió quejarme, pero era un poco molesto. Podría haber tenido algo que ver con el aumento de mis estadísticas drásticamente o el hecho de que camine por una distancia tan larga. Sin embargo, no había señales de lesiones en los pies, no hay cicatrices o ampollas, como cabría esperar, lo cual hizo del dolor aún más extraña.

Decidí preguntarle a Seryanna al respecto, pero fue entonces cuando me di cuenta de que estaba solo en el campo. No había ninguna señal para ser vista de la hermosa dragona.

Mirando a mí alrededor, pestañeé sorprendido y me pregunte ¿dónde podría estar? ¿Llamado de la naturaleza? Me encogí de hombros y me acerqué a la hoguera. Usando un palo, avive un poco el fuego y espere pacientemente su regreso.

Otros cinco minutos pasaron, y todavía no había rastro de ella*. La idea de que ella me abandonó aquí cruzo mi mente, sin embargo, su armadura del pecho, guantes de cuero, protectores de los brazos, y espinilleras todavía estaban allí. Si se fue, no había ninguna razón para que ella abandone su armadura de esa manera. Lo que pensé fue que algo podría haberle ocurrido a ella. Un escalofrío recorrió mi espalda mientras pensaba en ello.

[Un poco impaciente ¿no?]

¡De ninguna manera! Eso no puede ser! Pensé mientras miraba alrededor y luego la llamó "¡¿SERYANNA?!"

Esperé y esperé..., pero no hubo respuesta que regresara.

Tragando, Apreté los puños y oré a cualquier dios que estuviera allí y me escuchara para ayudar a encontrarla a ella y que estuviera sana y salva. Sin pensarlo dos veces y con un poco de miedo por mi propia vida, me precipité en el bosque.

"¡¿SERYANNA?!" Grite de nuevo.

No había ni rastro de ella en esa dirección, por lo que gire a la izquierda. No podía correr demasiado lejos del cristal de Amparo, de lo contrario los monstruos me atacarían. Para entonces, me había olvidado el dolor en mis piernas, yo sólo quería encontrarla sana y salva.

"¡¿SERYANNA?!" Volví a gritar cuando salté a través de un arbusto.

Mi pulso siguió subiendo junto a mis temores. Mis pensamientos fueron rápidamente hacia el lado oscuro de mi imaginación mientras pensaba en lo que podría haberle ocurrido a ella, y lo que podría pasarme si ella estaba muerta o gravemente herida. El impulso que recibí de convertirme en su amigo podría haber sido grande, pero aun así era sólo el 25% de sus estadísticas totales. Yo no era un idiota, me di cuenta de que para un nivel 1 que era algo increíble y probablemente ninguno de los seres humanos de la Tierra podría alcanzar este tipo de valores, sin otra posibilidad de trucos similares. Aun así, ¿era suficiente para que me enfrentarme a los monstruos que acechan en este bosque? Lo dudaba. Yo dudaba altamente.

100 DE SUERTE Y LA HABILIDAD DOMADOR DE DRAGONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora