Capitulo#2

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No puedo creer lo que veo. Se supone que la musa debía estar en un castillo rodeado de joyas y dinero, no en mi calle, una de las calles más pobres de Hiliaisus. Esta bien, tal vez no en un castillo, pero realmete ella no deberia estar en mi calle 

Según mi profesor, esta ciudad "musical" se mantiene estable y con energía gracias a la voz de la musa, una muchacha de cien años que se mantiene con un semblante de 15, mi edad. No se cuanto tiempo me quede parado viéndola, sin embargo, solo me detengo cuando caigo en la cuenta de que esta mirando aterrada. Trato de hacer como si no me diera cuenta, sin embargo ella ya salio corriendo. Maldición 

-¡Espera!- le grito pero ya es demasiado tarde. Ya ha salido corriendo hasta lo que, creo, es su casa. ¿Por que demonios vive en mi calle?

Me levanto como puedo y trato de seguirla, pero es un poco difícil por mi tobillo. De verdad duele. No soy un erudito en la materia, pero estoy bastante seguro de que tengo un esguince. Sin embargo a pesar de la caída, logro seguirle el paso. Tampoco es que corra mucho que diagamos. De verdad que es hermosa. Y demonios, realmente  huele espectacular. Deja un bello aroma, de algo que recordaba a lirios, los cuales reconozco por el tiempo que he pasado en el jardín de mi tía , muchos años antes, cuando era realmente feliz   .Después de unos de casi correr los mas dolorosos cien metros, veo su casa. A pesar de ser una casa pequeña, es muy lujosa, con una pintura que parece imitar el suave brillo de la luz de una vela. Es una casa digna de contemplar

A pesar de el dolor infernal que supone esto, camino hacia la puerta cojeando. Me quedo en el umbral con el corazón  latiendome a una velocidad increíble, y después de lo que parece un siglo, entro suspirando. 

Supongo, que al estar en la casa de la musa, debía de haber música (aplausos para mi por la frase mas OBVIA del mundo), pero no pensé que iba a ser tan espantoso. Casi me estaba empezando a acostumbrar al dolor usual que supone la música en la calle, pero esto es totalmente diferente. El sonido es tan horrendo que me taladra los oídos y hace que el mundo me de vueltas de forma espeluznante. Estoy seguro que si me atrevasaran un cuchillo caliente en el muslo, no sentiría absolutamente nada mas grave que un ligero consquilleo. Lo juro.

Creo que me desvanezco por un momento, por que lo siguiente que recuerdo es estar tumbado en el baño de aquella acaudalada casa, sosteniendo me el borde del lavamanos para no caer y lastimarme la cabeza. Lo ultimo que oí antes de desmayarme es un grito de una chica.

AmusiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora