Capítulo#6

13 0 0
                                    

Cierro los ojos y trato de aparentar normalidad antes de entrar a la casa. Abrocho mi camisa y subo el zipper de mi pantalón. Mi madre no debe saber nada. Ya tenía preparada la historia del tobillo, simplemente había tropezado en las escaleras con mis cordones. Sencillo.

Abro la puerta y descubro que la casa esta totalmente vacía. Genial, no tendría que mentirle a mi madre, y me daba tiempo para pensar en todo lo que había pasado en el día .

En el momento en el que nuestros labios se despegaron, deje de temblar, pude sentir que el aire volvía a llenar mis pulmones. El ataque había pasado. Las imágenes y sensaciones que había dejado el flashback desaparecieron, siendo reemplazadas por el aroma de lirios que emanaba de la piel de Sharewan, la sensación de que el tiempo se detenía al estar con ella, y la suave textura de sus labios y el sabor a café y chocolate que tenían.

Admito que me tomó por sorpresa. Es la primera chica a la que beso, y créanme cuando les digo que es una sensación increíble. Ya les dije lo que yo haba sentido, pero a todo esto auméntenle el hecho de que una de sus manos estaban en mi cintura, y lentamente empezaron a subir hasta mi mejilla.  Luego de esto, recuerdo vagamente haber colocado una mano alrededor de su cintura, acercándola hacia mi.  Luego de eso, ella se separó de mi, ruborizada, y con su voz algo mas grave y fría de lo usual,  dijo:

- Oh, veo que ya respiras bien. Retírate.

- No puedo. Mi tobillo...

- Ah, claro - dijo cortante. - Toma, ponte esto - dijo, abriendo un cajón blanco y sacando una crema - esto ayudara. Ahora, retírate. YA. 

Su cara dejaba claro de que no podía replicar. Parecía que en cualquier momento sus ojos empezarían a lanzar chispas y fulminarme si no me iba en ese instante.

Y nada, me fui. No estoy seguro de como camine hasta mi casa y subí los escalones que conducen a mi cuarto, solo se que cuando me derrumbe en la cama, la inflamación de mi tobillo había alcanzado proporciones bíblicas. Tomé la crema que me había dado Sharewan y la puse sobre mi tobillo. Automáticamente, la hinchazón paso de tener proporciones bíblicas a tener proporciones me-acaba-de-picar-una-simple-abeja. Mejor así, mi madre tendría una preocupación menos. Supongo que tengo que ducharme y pensar sobre todo. 
¿Que Demonios le pasa a Sharewan? Me muestra cariño, me besa y luego me hecha a patadas de ahí.

AmusiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora