Casi corriendo llegué a la clase de Inglés, y toqué dos veces. Escuché un "adelante" y entré.
— Señor Díaz, llega tarde — La profesora de Inglés se sacó las gafas y me miró
— Si lo siento es que...— Me rasqué la cabeza nervioso
— Dejele Profe, le plantó cara a un tío y poco más y le pega ¡Jajajaja! — Toda la clase comenzó a reír
— Pasa y que sea la última vez que llega tarde — Asentí a la profesora y me dejé mi mochila al lado para sentarme
— Eh, psss — Giré a mi derecha para ver a Frank sentado — ¿Es verdad que estás liado con Vegetta? — Sonrió de lado.
— ¿Vegetta? ¿Quién es Vegetta? —
— Coño Samuel, se te vio enrollandote con él afuera — Joder, los rumores en este instituto corre como la droga.
— Algo así...— Empecé a sacar cosas de la mochila. Frank no dijo nada más, y empezó a hacer el examen.
El examen de inglés era fácil, así que lo hice rápido, y el tiempo que me quedaba libre, me lo pasé dibujando cosas sin sentido en una hoja, hasta que se pasara la hora. Y así fueron las demás clases, sin escuchar lo que decían los profesores.
Cuando sonó la campana de la última clase, me levanté y cogí mi mochila para salir de ahí.
Cuando iba por el pasillo, dos dedos tocaron mi hombro y hicieron que me girara.
— Perdona, soy nuevo y no me guío muy bien por aquí. Y pensaba que en estos días, podrías ayudarme...Le he preguntado a un par más y no es que me hayan querido ayudar...— No sé quién era ni como se llamaba, sólo sabía que que era de baja estatura.
— Eh... Sí, si claro puedo ayudarte. ¿Tú eres...? —
— Oh, sí perdón, me llamo Alejandro, pero puedes llamarme Alex, encantado — Me estrechó la mano amable
— Encantado, me llamo Guillermo pero dime Guille — Le sonreí de lado
— Voy a tu clase, me siento dos lugares detrás tuyo. He visto como antes le había plantado la cara antes al tío ese, yo no sería capaz — Caminé junto a él hasta salir de la Universidad
— ¿Sabes? Llevan tiempo diciéndome cosas así. Y supongo, que llegué a un punto dónde junté fuerzas y le respondí —
— Yo también soy...— Alex calló
— ¿Gay? —
— Sí...Pero no quiero que nadie lo sepa, apesar de que te lo acabo de decir y me he confiado contigo muy rápido y puedes soltarlo por toda la Universidad — Bajó la cabeza, como arrepentido
— Tranquilo — Apoyé mi mano en su hombro — No se lo diré a nadie, no es de mi incumbencia decirlo, es decisión tuya — Le sonreí para que se relajara
— Gracias — Le iba a decir algo, pero una mano agarró mi brazo y me arrastró hasta detrás de la Universidad, dónde mi espalda impactó contra la fría pared de ladrillos. Cerré los ojos al estrellarme contra la pared y cuando los abrí...
— ¿Quién es ese? — Samuel puso sus dos manos apoyadas al lado de mi cabeza, mirándome con ojos llameantes, furiosos
— ¿Ese quién? — Mi pecho subía y bajaba sin descontrol, con el corazón desbocado
— No me vaciles — Pude ver cómo hacía rechinar sus dientes — Ese chico con el que estabas hablando, quién es — Samuel no me quitaba los ojos de encima. Intenté relajarme y ponerle frente.
