Capitulo 7

254 33 3
                                    

El día había comenzado nublado, por lo que apresuré el paso. Hoy, según Adam comenzaríamos las prácticas y aunque no tuviera la menor idea de dónde y a qué hora sería, estaba nerviosa y un poco, ¿entusiasmada?.

- ¡Amiga! - gritó Esther cuando llegué a la entrada de la escuela, donde usualmente ella me esperaba todos los días.

- Hola. - le sonreí alegremente.

- ¿Cómo estás? - preguntó mientras pasaba su brazo por mis hombros.

- Bien. - le respondí en seguida. Sin embargo, recordé lo de de ayer. - ¿Para qué fuiste ayer a casa? - le pregunté casualmente.

- Oh, sí. Pues, yo, ya sabes fui porque quería que me ayudarás a estudiar sobre matemáticas. - se explicó torpemente. - Sabes que no soy buena en ello. - dijo e hizo una mueca de disgusto.

- Ah. - fue lo único que dije. Sin embargo, recuerdo haberle dicho ayer que estaría en la biblioteca, ¿Porque no me fue a buscar allá?

A pesar de tener dudas sobre eso, no quise abundar sobre el tema. Ella era mi mejor amiga y debía de confiar en ella, Adam apenas había llegado a mi vida hace unos días.



La hora del almuerzo llego más rápida de lo esperada. Esther y yo nos dirigimos a la mesa donde se encontraban unos amigos nuestro y entre ellos estaba Matt, lo que me pareció extraño ya que él nunca venía al comedor de la escuela.

- Esther, ¿Podríamos ir a otro lugar? - casi le supliqué.

- ¿Qué? ¿Porqué? - dijo extrañada mirándome como si hubiese dicho algo grave.

- Por nada, olvídalo. - sonreí a medias y sin querer, me senté junto a ella en la mesa.

Comencé a comer mientras trataba de evitar a toda costa la mirada de Matt. Sin embargo, no pude. Cuando alcé mi vista hacia él, pude ver cómo su mirada penetrante caía en mi muñeca, que estaba siendo tapada por un abrigo. Rápidamente bajé la mano y la escondí en mi regazo.

- Oh, Isabel. Mira quien va por ahí. - comentó Esther e hizo un ademán con la cabeza para que mirara hacia un lugar.

Adam se encontraba saliendo del comedor.

- Te veo luego. - dije y rápidamente tomé mi mochila.

Salí corriendo de la cafetería ignorando los llamados de Esther.

- ¡Adam! - le grité para que se detuviera, sin embargo, como siempre hacía, no me escuchó y continuó caminado rápidamente.

Corrí detrás de él hasta que desapareció por un pasillo. Sin elección doble en la esquina y me quedé mirando el largo y vacío pasillo frente a mí. Adam había desaparecido.

- Adam. - llamé un poco nerviosa. Nada, no escuché  nada. - Adam, deja de jugar.- me quejé cuando el miedo aumentaba en mi interior.

De repente sentí que alguien tomaba de mi brazo y me jalaba fuertemente. Fui arrastrada dentro de un salón de clases, totalmente vacío. Mi espalda impactó fuertemente contra la puerta cerrada tras de mí.

- ¿Qué fue lo que te dije ayer? - dijo Adam entre dientes. Sus manos se encontraban acorralándome contra la pared, podía sentir su respiración en mi oído.

- ¿De qué hablas? - dije un poco molesta mientras con mis manos en su pecho trataba de empujarlo, pero era inútil.

- Sabes muy bien de lo que estoy hablado. - dijo totalmente cabreado.

- Lo siento, pero Esther no es la mala de la historia. - le dije totalmente molesta.

- No te atrevas a decir quién es el malo o el bueno de la historia, cuando ni siquiera conoces ni la mitad de ella. - dijo y se separó de mí bruscamente.

- ¿Qué quieres que haga? Tú no me dices nada, así que tengo que sacar mis propias conclusiones. - podía sentir mi cara arder de rabia.

- Es mucho más complicado de lo que tú piensas. - dijo con la mandíbula apretada.

Nos quedamos totalmente en silencio. Quisiera que él pudiera decirme todo de una vez, pero para él no era fácil y de seguro que para mí tampoco lo sería. Lentamente me acerqué a él, que se encontraba sentado en el viejo escritorio en medio del salón. Me paré frente a él y dejé escapar un largo suspiro.

- Lo siento, ¿De acuerdo? - dije sin más remedio. - Se que no es fácil para ti, tener que ocuparte de un principiante que no sabe ni qué hacer con su vida. Pero también es algo nuevo para mí, tengo miedo y estoy a punto de enloquecer. - una pequeña risa amarga se escapó de mis labios mientras baja la vista.

- Pues aguanta un poco, porque esto solo empieza. - dijo y cuando lo miré, esbozó una gran sonrisa que no pareció para nada amable.

Ay no.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 30, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Escorpio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora