[ O N E ]- Nathaniel/Ezarel

F O U R

- Lanzate, yo te atrapo. -Fueron las palabras de Ezarel, lo que permitió a Lynn darle un poco de confianza.

Fue lo único que se le ocurrió.

Tenía que hacerlo rápido, su mano ya no aguantaba su peso.

Ella pensó por unos momentos, él seguía siendo un desconocido pero ciertamente lo sentía más que cercano, así que se soltó. Ezarel extendió sus brazos para atraparla y así fue, pero debido a la gravedad, ambos cayeron en el frío césped.

Ezarel se levantó un poco, se apoyó con su codo y colocó su mano detrás de su cabeza.

- Eso .. dolió.

Lynn se encontraba bien pero le tomó un poco más de tiempo reincorporarse, suficiente eran las heridas que se había echo con las ramas del árbol. Ella levantó su mirada para encontrarse con la de Ezarel.

Sus miradas estaban tan peligrosamente cerca.

Lynn quería acercarse pero un sonrojo por parte de Ezarel, hizo que fuera imposible pues él había movido un poco la cabeza. Aún así, ella se acercó y plantó un suave beso en su mejilla, luego pasó sus brazos por su cuello y lo abrazó.

- Gracias ..

Él seguía sin responder, estaba completamente sorprendido porque era la primera vez que se sentía de esa manera y más si lo ocasionaba una humana.

Al día siguiente, Nathaniel se despertó y esta vez en el sofá, ahora sabía perfectamente que todo el asunto se debía a Ezarel, pero no tenía alternativa, ¿como evitarías que alguien tome posesión de tu cuerpo? no había ninguna respuesta o él no la conocía.

Se preparó y se encaminó hasta llegar al Instituto, le sorprendió que Lynn se encontrara en la entrada, sólo miraba sus apuntes, como si estuviera estudiando para una prueba. Era momento de aprovechar su plan, no le tomó más de dos minutos para acercarse a ella.

- Lynn, hola. -Dijo Nathaniel queriendo sonar lo más natural posible.

- Hola Nath, buenos días. -Ella le sonrió.

- Después de la clase de deporte, me gustaría hablar contigo, tal vez podamos encontrarnos en la biblioteca.

- Ah claro, no hay problema, estaré allá. -Ella guardó sus apuntes en su cuaderno.- Perdón pero me tengo que ir, tengo clases en 5 minutos, nos vemos después.

Lynn entró y Nathaniel no pudo evitar suspirar, estaba conteniendo el aire en todo el momento pero había hecho la parte fácil, ahora lo único que faltaba, era confesarse.

Las horas pasaron, hasta que llegó la clase de deporte, Lynn se encontraba junto a Rosalia mientras ambas corrían alrededor de la cancha de basket.

- Creo que me estoy enamorando de él. -Lynn mostró un leve sonrojo.

- Pero aún no lo conoces bien, es un extraño. -Los regaños de Rosalia la hacían entrar a la realidad.

- Ezarel no es un extraño, es alguien a quien llamas .. amor a primera vista.

Su conversación giraba en torno a Ezarel, Lynn no podía dejar de pensar en él, era alguien que le había tomado mucho cariño. Aún así, el amor la tenía ciega.

Por otro lado, Nathaniel se encontraba jugando tenis junto a otros compañeros, la partida estaba casi en empate y su compañero era Castiel, era posible que ganaran el partido. Sin embargo, unas imágenes borrosas comenzaron a surgir por la mente de Nathaniel. Eran algunas escenas que él no recordaba pero por alguna razón, eran cosas que él ya había echo.

Erika ..

- ¡Muevete delegado!. -El grito de Castiel lo despertó de aquel trance.

Antes de que continuaran con la partida, Nathaniel decidió retirarse del juego, afortunadamente Lysandro cubrió su puesto. Él caminó hasta uno de los asientos y suspiró.

- Oye Ezarel, ¿Qué fue eso?. -Habló cuando no había nadie a su alrededor, pero sabía que Ezarel podría estar escuchándolo.

Lo estas recordando.

- ¿Qué cosa?

Nuestra vida en Eldarya.

De pronto, un dolor agudo amenazó en la mente de Nathaniel y el dolor era tan punzante, que era acompañado por algunas escenas de aquel mundo que el desconocía. Las imágenes pasaban tan rápido por su mente que cayó al suelo inconsciente.

Fue llevado hasta la sala de profesores a que recuperara la consciencia, los profesores no lo creyeron tan grave como para llamar a la ambulancia, ellos dedujeron que era por insolación, pero en realidad sólo fue por el impacto de su mente.

Cuando había terminado la clase de deporte, Lynn se quedó esperando en la biblioteca mientras Rosalia le hacía compañía.