Capítulo 29: Inseguridad

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Abro los ojos, mi vista es algo borrosa y me encuentro desorientada. Siento como si mi vida volviera a nacer y una nueva vida me esperara por delante.

Me encuentro en un estado débil y mi cuerpo duele pero soy capaz de saber que me encuentro en una habitación de hospital y él lugar se me hace raramente conocida.

Mi mano izquierda contiene un suero con algún contenido medicinal inyectado en él y mi vestimenta no es más que una bata de hospital con puntitos oscuros en miniatura y la tela de esta tiene un tacto parecido al papel. Mi vista se ajusta y puedo ver todo con claridad.

Observo a mi lado izquierdo y me encuentro con una cama blanca como la nieve totalmente vacía y con las sabanas perfectamente acomodadas y un recuerdo me viene como un rayo... Harry se encontraba ahí hace unos minutos y estoy totalmente segura de ello.

A mis espaldas un poco a mi derecha se encuentra un artefacto metálico eléctrico que chilla a cada segundo y en su pequeña pantalla negra se enseña un patrón de lineas rectas y triangulares y ahí se que se trata de mi pulso.

Observo la habitación en un total silencio y a mi derecha no tan lejano se encuentra una gran ventana acompañada de varias cortinas que la cubren. Él brillo que emana la ventana me dicta que es de mañana, no pasadas de las doce del mediodía.

Él sonido de una perilla habiéndose me interrumpe he inmediatamente fijo mi mirada en la persona que se aproxima hacia la habitación. Una dama de no más de treinta y cinco años se abre paso con varias toallas blancas de hospital -como de esperarse- perfectamente acomodadas y listas para ser utilizadas.

Entra sin observar nada a su alrededor y se dirige al baño que se encuentra a unos tres pies de distancia de la puerta de entrada y salida. Ya con las manos vacías y la mirada gacha se dirige a toda prisa a la puerta, lista para salir de la habitación pero antes de eso su mirada barrió él área en busca de algo desordenado o fuera de lugar y se detuvo abruptamente en la mía; su mirada reflejaba asombro y antes de salir corriendo como alma que lleva él diablo murmuró un leve;- Despertó.

La confusión comienza a invadirme y frunzo él ceño ante él extraño comportamiento de la enfermera al notar que he abierto los ojos, algo a lo que no le encuentro la lógica.

¡Jamie! - un señor algo canoso y poco calvo con varias arrugas presentes en su cara producto de la vejez, me observa con una sonrisa plasmada en la cara - ¿Como te sientes linda?

- Bien, creo - contesto insegura.

- Me alegra escuchar eso - masculla con un leve asentimiento de cabeza para luego abrir los ojos como platos por unos segundos antes de decir;- Oh lo siento, soy él Doctor Liautoud, me he encargado de tu salud desde tu llegada.

- Gracias por todo.

- No hay de que, es mi trabajo y no hay nada mas hermoso que ver como las personas que han enfrentado cara a cara a la muerte, vuelven a vivir como solían hacerlo y luego regresar con sus familiares con una sonrisa y él cuerpo sano. - responde con la misma sonrisa que a estado presente desde él inicio de la conversación y llegada - Hay personas que quieren visitarte, los haré pasar.

Yo asiento con la cabeza y enseguida él Doctor se dirige a la puerta desapareciendo por ella dejando él camino libre a otra que apresuradamente desea entrar, mi madre.

Mi hija ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? - pregunta apresuradamente literalmente corriendo para sentarse a mi lado arrastrando una pequeña silla para lograrlo.

Río por su rapidez en las palabras y confieso;- Pues un poco extraña pero bien.

- Me asusté tanto, tenía miedo de perderte.

Why You Love Me? ||Harry Styles||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora