Sin miedo a nada...

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-Pasame la cuerda, Johnny-

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-Pasame la cuerda, Johnny-. Dijo Rose a su hermano mientras insertaba el último perno para las cuerdas que le guiarán de regreso hasta la superficie con voz difuminada por la interferencia de la radio en los trajes de protección. Su hermano sonrió a través del cristal. No era la primera vez que su hermano de 15 años tomaba las cosas a broma. Habían quedado solos luego de la muerte de sus padres.

Jane y Bruce Collins habían muerto en un viaje de espeleología a Francia hacía ya nueve años. Ellos tuvieron a su hermano Johnny cuando ella había cumplidos los 19 años, fue una sorpresa que su madre de 41 y su padre de 56 tuviesen un bebé. Casi se cae de la vergüenza pensando en su padre relatando la gran Hazaña en la reunión de bolos.

Llegaron al final de la cueva. Estaba oscura, fría y tétrica. Aun así no había un lugar más reconfortante para los Collins. Habían heredado aquella fascinación de sus padres. Rose se había graduado en geología con tan solo 23 años y luego incursionó de lleno al mundo de la espeleología dos años más tarde. Así como sus padres, ella llevaba a su hermano en todas sus expediciones. Estaban en la sección virgen de las cavernas de la isla Abaco, Bahamas. Su trabajo consistía en la verificación de la seguridad de las cuevas para los turistas aventureros que llegaban allí cada año.

-Papá estaría orgulloso de ti, Ros-. Dijo su hermano. Ella solo asintió. Diez minutos más tarde los hermanos emergieron a la superficie. Rose sujeto su arpón con fuerza cuando vio su bote invadido por la presencia de unos hombres vestidos todo de negro.

-John, baja a la cueva, sube a una de las burbujas de aire cierra el tanque y quédate allí. Yo bajaré por ti-. Vio su intención de protestar y sujeto su casco con fuerza-. ¡Sin discusión Johnny! ¡Hazlo ahora!-. El muchacho frunció el ceño, pero obedeció a su hermana, aun le cabreaba que le tratara como un bebe; aun así entendía que ellos eran lo único que se quedaban el uno para el otro... Rose se acercó con cautela sosteniendo el arpón apuntando a uno de ellos aun debajo del agua. -¿Necesitan algo? no recuerdo haberles invitado a esta excursión... ¡Explíquese!-. Dijo con firmeza. Era común casos de narcotraficantes en estas aguas. Eso sería una mierda de problemas pensó.

Un hombre de unos cuarenta con cara de militar dio un paso frente a los otros dos que se encontraban en el lugar. -¿Es usted Rose Alexander Collins?-. Ella frunció el ceño ante la pronunciación de su segundo nombre..., solo su madre la llamaba de esa forma. Y solo cuando estaba molesta con ella. Le asintió al hombre. –Disculpe que hayamos invadido su bote. Somos funcionarios de la Organización de Nuevas Especies. Mi nombre es Tim Oberto, nos envía Justice North. Queremos hacerle una propuesta-. Dijo el hombre esta vez un poco mas relajado.

-¿Qué clase de propuesta?-. Pregunto ¿Nuevas Especies? Pensó Rose tratando de contener la alegría. Siempre he querido conocer a uno... Johnny va a morir con esto. Se dijo con alegría. Su hermano era como un súper fan de las nuevas especies desde que el rostro de Justice North apareció en los medios años atrás. Solía enviarles cartas diciéndoles lo mucho que le admiraba desde que era mas chico... El hombre contestó .

Fire. Nuevas Especies. Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora