Siempre supe que vendrías...

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Rose veía los colmillos descubiertos en la sonrisa de Justice North con asombro

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Rose veía los colmillos descubiertos en la sonrisa de Justice North con asombro. Nunca había visto al líder de forma tan amenazante como en este momento. Hacía más de tres horas, había estado explicando las condiciones de cada una de las cavernas que servirían para el complejo de emergencias de las especies. Eran tres, cada una con no menos de cinco a doce metros de altura y todas unidas entre sí por túneles y pasajes. Fire no se encontraba tan contento de ceder el que había sido su espacio, por tal razón, Rose nunca reportó una cuarta caverna en la zona este de la zona salvaje. Aquel seguiría siendo el refugio de su compañero. La mujer detuvo sus pensamientos al percatarse de que ya estaba usando su título aunque por alguna razón, tenía la certeza de que algo faltaba.

-Esto es mejor de los que esperábamos-. Dijo uno de los concejales que sabía tenía el nombre de Brawn, los demás asintieron en acuerdo.

-Cada una está a unos cuatro u siete metros debajo del suelo. Son seguras, y se puede acceder a ellas por diversos lugares si así lo disponen...-. Rose vacilo. -Recomendaría que no alteraran la estructura interna del lugar. Podrían adaptarlos usando plataformas sin la necesidad de escarbar el suelo. Estas estructuras son, por decirlos de un modo, milagros naturales, que le dará cobijo y seguridad a su gente, no merecen ser cambiadas-. Termino.

-En ese caso sería de gran ayuda que se una a los encargados de la modificación del lugar-. Rose se sorprendió ante la petición era más de lo que ella había pedido. Asintió. -Bien. Tenemos reunión con el arquitecto en tres días, sería bueno que tuviese un plan para el bien formado para presentarlo. Hemos trabajado con este mismo arquitecto desde que iniciamos la construcción de los muros. Siempre es muy flexible al conceder las peticiones nuestras-. La mujer asintió y salió de la sala. En el pasillo, pudo ver la mirada de simpatía de alguna de las hembras que le veían con admiración. Según había entendido recientemente las mujeres acopladas con machos "salvajes" eran más que admiradas por ellos. Según Johnny le había dicho: eso les da esperanza de poder encontrar su propia compañera. La vista del centro médico al final del camino le recordó a Rose la imagen de Harley, se encamino hasta allí. Si bien le había dado un susto de muerte ella realmente le llegó a ver como un buen amigo. La mujer especie en el mostrador le sonrió con simpatía.

-Hola compañera de Fire ¿En qué puedo ayudarte?-. La hembra le veía con tal esperanza que Rose se confundió por un momento ¿Qué es lo que quieres que diga? Pensó. En definitiva la mujer esperaba algo. -¿Dónde está tu compañero? Es extraño que no esté a tus espaldas-. Rose sonrió con comprensión.

-Está en suministros. Le he dado cien dólares a mi hermano para que le distrajera por un rato. Tengo unos dos días que siento que me ahogare si le encuentro solo observando en otra habitación ¿Ustedes no comprenden la expresión, quiero estar sola, a que no?-. La hembra rio con fuerza mientras asentía. La humana les gustaba a todos, su franqueza era poco propia de su raza y era más que refrescante para ellos no tener que cohibirse al hablar. Rose dudo por unos segundos antes de continuar hablando a la sonriente hembra. -mmm, quisiera saber, ¿en qué estado se encontraba Harley cuando salió? Mi hermano dijo que lo hiso pero nada más-. La mujer frunció el ceño.

Fire. Nuevas Especies. Libro 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora