Rose es una amante a la adrenalina y la aventura. Nunca se ha dejado amedrentar por nada ni nadie..., ella y su hermano toman un trabajo en la reserva de las nuevas especies y piensan que nada podría ir mejor. ¿Qué pasa cuando rose se vea acorralada...
Rose miraba con asombro la gran panza de la mujer frente a ella. Sarha miraba a la mujer con una sonrisa capaz de derribar todo una pared de hielo. La mujer se atrevió a tocar el grávido abdomen de la mujer y recibió como recompensa la patada potente del macho neonato.
-Es igual de impaciente y gruñón que el padre y aún no ha nacido-. Dijo la hembra con una sonrisa. –creeme, estoy deseando que salga ya de ahí y poder recuperar el control de mis acciones-. Rose volvió a mirar el prominente vientre de la mujer Gracias a Dios que herede caderas grandes, pensó al ver el tamaño que sería un producto especie. Sonrió.
-¿Cuánto te falta?-. La mujer sonrió.
-Una semana, según los cálculos de los doctores-. Rose parpadeó sin comprender.
-¿Cuántos meses tienes? Estas...-. Dijo frunciendo el ceño y luego sintiéndose avergonzada. L mujer se rio.
-No te preocupes. Estoy ¡Enorme! Cold me dice que soy adorable, pero yo sé que solo está feliz porque puede llevarme a donde quiera y no puedo patear su trasero por comportarse como un idiota sobreprotector-. Se escuchó un gruñido desde la cocina y la hembra volvió a reír, guiño un ojo a Rose (esta le miro divertida) y continuó hablando. -Al parecer no te han hablado de esto..., -Apuntó a su barriga. Rose negó. La única mención de un bebé había sido poco antes de que el gran tipo pusiera todo su empeño en ello. Rose se sonrojó al recordar la forma en la que había terminado desparramada sobre el piso de la (hasta la noche anterior) inmaculada habitación de su futuro hijo. Sarha continúo hablando. -...un embarazo de una especie solo dura unas 22 semanas en promedio-. Sarha sonrió ante la mirada de asombro de rose. -¿Una maravilla, no?-. Sonrió la mujer.
-¡Eso es genial!-. Grito Rase, llamando la atención de los machos que estaban en la cocina. Ellas les sonrieron. Los hombres habían pasado los últimos treinta minutos haciendo de comer. Fire miraba a su amigo, se le veía feliz y tranquilo. Atrás había quedado aquella imagen de derrota y culpa que alguna vez vio en el macho. Cold le vio y de esa forma tan silenciosa y sencilla, ambos se dijeron todo lo que deseaban saber.
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-Señor North-. Justice asintió hacia el hombre en frente suyo. No le gustaba las visitas de los humanos y menos de los que tanto empeño ponían en ello sin decir a ciencia cierta cuáles eran sus intenciones. Con el tiempo, ellos se habían acostumbrado a las visitas de los humanos, mas no a la malicia que traían con ellos. El macho miro con seriedad a hombre. –Le agradezco que sus oficinas haya accedido a darme esta entrevista. Sé que podemos sacar mucho de esto-. Dijo en tono amable. El macho fruncía aún más el ceño.
-Usted no ha dicho que es lo que propone, señor Geryar-. Dijo. No le gustaba el hombre.
-Mi empresa está interesada en invertir en su pueblo, señor North. Como ya está enterado, somos exportadores de prestigio internacional. Podemos ofrecerle todos los productos que otros pudiesen dar a un costo menos elevado. Sería una ganancia para su pueblo y para nosotros-. Dijo con una sonría. Justice se esforzó por contener un gruñido. El humano continúo. –Nosotros ofrecemos más eficiencia y contamos con la aprobación de todos los gobiernos con los que hacemos negociaciones-. Justice vio el informe que estaba sobre su mesa. Esto es demasiado perfecto, se dijo. Todos pensaban lo mismo. Era como si el humano supiera cuales eran sus debilidades en el momento. Habían tenido problemas con los suplidores de algunos alimentos, utensilios y materiales gastables. Lo curioso es que todo había sido por atrasos o problemas con las entregas, retrasos que por el momento eran un misterio para la misma empresa con la que tenían su contrato actual. Entonces, de pronto llega el humano como una tabla de salvación para sus problemas. No me gusta, se volvió a repetir el macho. –Supongo que ya han estudiado nuestra propuesta-. El macho asintió.
