Capítulo 2

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* Ha pasado mucho tiempo, ______(tn) –su voz se había vuelto más profunda, pero habría reconocido ese timbre ronco en cualquier parte.

No pensaba desmoronarse ante él. No por tercera vez.

* Dios mío –utilizó un tono casi insolente al alzar la barbilla. – Pero si es el chico de los Bieber.

* No. Ya no. Me he convertido en un hombre. Y te aconsejo que tengas en cuenta esa distinción.

* Una amenaza. Bueno, siempre se te dieron bien.

* Y una acusación. Algo para lo que tenías genio. Incluso de pequeña. Y también más adelante –los ojos mieles la inspeccionaron lentamente. – No has cambiado mucho... a lo largo de estos años.

* Me temo que no puedo decir lo mismo de ti –sintió un nudo en la garganta. – Jamás te habría reconocido.

* ¿Estás segura, ____(ta)? –rió en voz baja. – ¿No hubo un destello de reconocimiento esta mañana cuando me observabas desde tu torre de marfil?

La irritó que empleara su nombre infantil. Igual que la confirmación de su anterior sospecha de que él había notado su presencia.

* Eres la última persona en el mundo a la que esperaba volver a ver. Y no te quedaste para presentarte.

* No –corroboró. – Tenía asuntos en otra parte. Además, sabía que nos volveríamos a ver muy pronto. No quería precipitar un momento tan grato. El primero, espero, de muchos más –añadió con suavidad.

* Y bien... –se mordió el labio. – ¿Qué haces aquí? ¿Por qué has vuelto? No entiendo...

* No hace falta –sonrió. – Quizá quería sorprenderte –miró más allá de ella.

* ¿Va todo bien, señor Bieber? –se asomó el señor Davidson.

* Muy bien, gracias –la súbita manifestación de poder y encanto hizo que ____(tn) se desmoronara por dentro. – ¿Podría concedemos cinco minutos? La señorita Lander y yo querríamos renovar nuestra vieja amistad.

* Sí... sí... desde luego –el señor Davidson comenzó a retroceder.

Ella permaneció en silencio y observó cómo se cerraba la puerta. Aislándola con él. Su enemigo.

* Qué solícito ha sido. Me extraña que no te llamara sir.

* Probablemente lo hará... con el tiempo. Voy a convertirme en un cliente muy importante de este banco.

* ¿Sabe que eres el hijo del ama de llaves? –se despreció por hablar de esa manera, porque la señora bieber le había caído bien, siempre se había mostrado cálida y amable cuando visitaba la mansión con su padre.

* No tengo ni idea –repuso con voz serena. – Pero daría igual. Porque es el dinero el que habla... y tiene una voz más alta que tus anticuadas ideas del esnobismo.

Se ruborizó un poco, pero resistió.

* Entonces has progresado. Qué extraño.

* He trabajado mucho –enarcó las cejas. – Descubrí que eso da dividendos. Y continuaré igual para obtener lo que quiero en la vida.

* ¿La mansión Wildhurst, por ejemplo?

* Entre otras cosas.

* Bueno, no me lo creo. Piers jamás vendería su herencia... y menos a ti.

* Piers vendería a su propia abuela para salir del lío en el que está metido.

* ¿Cómo te atreves a decir eso? Después del modo en que te comportaste. Siempre lo odiaste... Siempre tuviste celos de él...

Misterio Familiar (Justin Bieber Y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora