Con paso lento y firme fue a su habitación, pero una vez que cerró la puerta a su espalda, se hundió contra ella y jadeó como si acabara de correr una maratón.
Podía racionalizarlo hasta el día del juicio final. Podía pensar en un montón de excusas. Pero la verdad era que había ido al cuarto de Justin esa noche porque lo había deseado. Y no solo con el cuerpo, también se habían rendido su corazón y su mente.
Se preguntó porqué lo había hecho, porqué había decidido torturarse otra vez. No tenía sentido.
Sin embargo, incluso con el recuerdo de su trauma infantil, que hacía que lo odiara, había ido a su lado. Se había ofrecido y había sido tomada... Y luego despedida.
Era inútil recordarse a sí misma que ya era libre para marcharse. Que, en esencia, lo había vencido. Porque, si eso era una victoria, no quería enfrentarse jamás a la derrota.
Se quitó el camisón y lo metió hecho una bola en el armario. No deseaba volver a verlo. El cuerpo le parecía extraño. Llevaba el aroma de su piel, y si pretendía volver a cerrar los ojos alguna vez, debía deshacerse de él. Junto con algunos recuerdos más poderosos.
Comprendió que no había creído posible anhelar tanto a alguien. Y decirse que solo se trataba de un caso crónico de frustración sexual resultaba un engaño.
Porque Justin siempre había sido parte de su vida. Había sido su amigo, su enemigo y, esa noche, su amante. Era como si cada minuto de su existencia la hubiera estado preparando para eso.
Se metió bajo la ducha y se frotó hasta que le hormigueó todo el cuerpo. Se secó, luego se puso el viejo albornoz verde. Se sentía demasiado inquieta para dormir, por lo que se acurrucó en el sillón, tratando de calmarse. De establecer algún tipo de plan.
Se recordó que tenía el futuro arreglado, pero debía considerar su paz mental, con Justin viviendo casi al lado.
Evitar la mansión no sería muy difícil. Ese no era el problema. De algún modo tenía que aceptar que ya no formaba parte de su vida. Que todo lo que le había sucedido bajo su techo era parte del pasado.
De lo contrario, pasaría toda la vida pensando en lo que podría haber sido. Lo cual sería insoportable.
Casi al amanecer terminó por quedarse dormida y despertó, con frío y entumecida, por la lluvia contra la ventana. Comprobó que eran las diez de la mañana.
Se vistió a toda velocidad con una falda negra hasta las rodillas y una blusa a juego de mangas largas; bajó a toda carrera.
* Lamento haberme despertado tan tarde -se disculpó al encontrarse con la señora Whitley en el vestíbulo.
* El señor Bieber dijo que la dejara dormir, señora. ¿Qué le sirvo para desayunar?
* No... no tengo hambre. Solo un poco de café, por favor -titubeó. - ¿Dónde está el señor Bieber?
* Salió a primera hora, señora. Y no dijo cuándo volvería -su voz manifestó desaprobación. - Le llevaré el café al comedor.
Al hacerlo, a _____(tn) le sorprendió que lo acompañara con un plato de huevos revueltos y una tostada, que comió obediente porque le planteaba menos problemas que discutir.
Al terminar, se levantó y se acercó a la ventana, donde contempló la lluvia con indecisión.
* Qué día tan desagradable -comentó la señora Whitley mientras recogía la mesa. - Espero que el tiempo mejore para el próximo fin de semana, por las visitas del señor Bieber.
* ¿Espera invitados? -_____(tn) se volvió, sorprendida.
* Oh, sí, señora. Unos conocidos de negocios, tengo entendido. Esta planeado desde hace algún tiempo. Cuando el señor Bieber le entregue la lista final, podemos planificar los dormitorios que ocuparán y los menús -asintió feliz y desapareció.
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Misterio Familiar (Justin Bieber Y Tú)
FanfictionMisterio familiar. De adolescente, ___(tn) estuvo enamorada de Justin Bieber, y se quedó destrozada cuando su familia lo obligó a marcharse alegando que había traicionado su confianza. Justin desapareció con la promesa de que se vengaría... Se quedó...