Capítulo 1: El comienzo de todo.

1K 22 0
                                    

Capítulo 1: El comienzo de todo.

Me llamo Cristina, y esta es mi historia. Dani y yo éramos mejores amigos desde que íbamos en pañales, pero hace unos años se mudó para seguir con su sueño de la música. El año pasado me decidí yo también y empecé mi carrera. Ahora soy famosa, al igual que él. No volvimos a vernos desde que nos separamos, y estoy segura de que no se acuerda de mí.

Ahora estoy en la casa de mis padres, esperando a que esos invitados tan misteriosos de los que no han querido decirme el nombre aparezcan.

Soy fan del grupo de Dani desde su primer “Hola, somos Auryn”, y me siento orgullosa de decirlo. Como ahora soy famosa, puede que les conozca.

Llaman a la puerta y me veo obligada a ir a abrir. Observo mi atuendo una última vez (http://www.polyvore.com/normal_05/set?id=88867272) y abro, quedándome congelada.

-Hola, somos… -Intento con todas mis fuerzas no desmayarme, ¡tengo delante a mis ídolos!

-Pasad, no os quedéis en la puerta. –Sonrío amablemente y me hago a un lado.

-¿Tú no eres Cristina, la famosa cantante española? –Me pregunta Álvaro, mirándome fijamente, con la boca abierta. –Asiento. -¡Cielo santo, dame un abrazo, me moría por conocerte! –Largo una carcajada mientras le envuelvo con mis brazos, parece una fan loca.

-Pobrecita, la vas a asustar. –Blas le separa de mí, riendo. –Un placer. –Me da dos besos y después le siguen Carlos y David.

-¿Nos conocemos? –Cuestiona Dani, confuso.

-Que pronto te olvidas de tu mejor amiga de toda la vida, chico. –Ruedo los ojos yendo hacia el comedor.

-¿¡Cris!? –Se me había hecho muy difícil no quedarme embobada mirándole, desde pequeña sentía algo por él, y siempre estaba rodeado de moscones, por lo que eso también empezó a distanciarnos. –Madre mía, cómo has cambiado. ¿Qué ha sido de ti? –Me cruzo de brazos.

-Yo podría preguntarte lo mismo, rubio. –Río y le abrazo por un impulso. Soy débil, lo sé. Me revuelve el pelo cariñosamente, sabiendo que eso me saca de quicio. -¡Eh, quietecito! –Le aparto, riendo.

-Uuuuh, aquí hay tema, pero vamos. –Miro a Álvaro, riendo a carcajadas.

-Le conozco desde que íbamos en pañales. –Explico, nostálgica. –Era adorable.

-Aún no sigo siendo. –Protesta, a lo que le fulmino con la mirada.

-Déjame hablar, Danielo. –Alza una ceja por el mote, pero no habla más. –Estuvimos un montón de años como mejores amigos, pero él se fue para comenzar su carrera. Ah, y los moscones del instituto también ayudaban a que nos separásemos. –Me mira como si hubiese dicho una barbaridad. -¿Qué? No es nada nuevo que estás muy bueno, Dani. –Río. De pequeña siempre había sido muy tímida, y él me decía que eso era lo que más le gustaba de mí. Pero ahora… Digamos que la fama me volvió más extrovertida.

-Uh, ¿y tu timidez, Cris? –Me encojo de hombros.

-¿Y mi mejor amigo? –Replico, mirándole fijamente.

-Le tienes delante.

-Pues no lo parece. –Los demás nos miran como si se hubiesen perdido.

-Es que ella siempre había sido muy tímida. –Explica, sin mirar a ninguno en especial.

-Por eso me amabas tanto, Danielo, porque no te eclipsaba. –Bromeo, dándole un suave golpe en su brazo izquierdo.

-Ni lo sueñes preciosa. –Se acerca a mí y le veo las intenciones. Voy a salir corriendo cuando me tira en un sofá y empieza a hacerme cosquillas.

-Danielo, ¡te juro que…! –Pero empiezo a reír cual loca. -¡Para, para! –Hasta que mi padre no aparece y flipa mirándonos no se separa.

-Veo que ya estáis recordando viejos tiempos. –Sonríe, alegre. Dani se levanta y le da la mano, pero luego se abrazan. –Mi pequeña te quería mucho, ¿eh? –Me levanto y voy hacia la cocina, intentando disimular mi sonrojo.

-¿Estás contenta de verle? –Me pregunta mi madre, sonriendo.

-Claro que sí, mamá. En cada recuerdo de mi infancia está él; ya sea abrazándome o como sea, pero el caso es que él es parte de mi vida. Siempre lo fue y siempre lo será. Y si no es en persona, es con su música.

-Ala, que bonito, me voy a emocionar. –Alzo los ojos, alarmada, y le veo apoyado en el marco de la puerta.

-Cotillas. –Murmuro, desviando mi mirada.

-Uy, Danielo, está loquita por ti.

-Já, já, Blas. –Alzo una ceja, cruzándome de brazos. Entonces suena mi móvil. –Mierda…

-¡Esa boca! –Exclama mi madre, indignada.

-¡Mamá, la entrevista! –Salgo corriendo y subo a mi habitación, cojo mi bolso y mi móvil y bajo.

-¿Pero era hoy? –Asiento. – ¡Dios, corre, anda! –Rebusco las llaves de mi coche en el bolsillo trasero de mi pantalón y las saco.

-¡No me esperéis! –Bajo al garaje y me subo en mi coche, sin saber que los chicos me siguen.

-Vamos contigo. –Murmura Blas haciendo un pucherito.

-Sabes que a esa cara no puedo resistirme. –Suspiro. –De acuerdo, pero no entramos todos.

-Pues vamos en el AurynCar, sin problemas. –Salgo del coche, pongo la alarma y vamos hasta la furgoneta. Me llevan hasta la sede de BRAVO y me bajo.

-Os debo una. –Entro y me espera Sandra, la chica que siempre me ha hecho las entrevistas. Me da un abrazo y me acompaña hasta una sala con cámaras, micros, grabadoras, etc.

El destino nos ha unido [Auryn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora