Creo que sucedió otra vez

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Después de haber estado con Vani en Café Chocolate, pasamos por la casa de mi padre. Lo saludé a él con un gran beso y un abrazo de oso, le lancé un beso a mis abuelos y corrí con Vani a mi habitación. Mi hermana no estaba en casa, había salido con Fugaz a dar una vuelta por nuestra calle. En unos minutos encontré mis libros en la parte superior de nuestro librero, con un papelito amarillo puesto en la portada que decía, "Los olvidaste ayer en la sala, supe que entrarías en pánico, así que los guardé para que Fugaz no los comiera". Pensé "Dios, tengo la mejor hermana del mundo." Bajamos de mi habitación y mi padre estaba en la cocina.

- Jany, ¿Podrías hacerme un favor? Ya pronto llegará tu hermana y no hay pan para el desayuno, ¿Podrías ir a comprar?
- ¡Claro papá! Vuelvo rapidísimo. -Tomé las llaves de mi auto y me dirigí hacia la salida. - ¿Vienes Vani?
- No, voy a dormir una siesta en tu cuarto, ¡Me levantas cuando llegues!
- Está bien, solo no quiero tu saliva en mi almohada jajaja, -Grité- ¡Ya regreso papá!

Salí de mi casa a eso de las 10:32am, fui al pequeño colmado que se encuentra en la esquina de nuestra calle y compré él pan que me había encargado mi padre. Cuando iba caminando por el pequeño estacionamiento noté que alguien me observaba, se me hizo un poco extraño pero que más, estaba con mi horrible dona que intentaba ocultar casi un metro de cabello. Pensé que era por eso, pero cuando llegué a mi auto logre ver quien era, ¡Era el mismo chico que apenas alcance a ver en Café Chocolate! "¡Que vergüenza!", pensé, "No lo conozco y ya tiene una mala imagen de mí"...

Pensé mil veces si debería hacer alguna estrategia o excusa para bajar de mi auto para poder verlo más de cerca pero recordé que me veía muy mal, piensen, ¿Quién se fijaría en una chica con vaqueros holgados, converse sucios, una enorme dona revuelta en su cabello y nada de maquillaje? Así que encendí el auto y regresé a casa antes de que el pan se enfriara y el chico notará que en realidad yo era horrible.

- ¡Regresé! -Grité desde la acera donde deje mi pequeño auto, y sí, les advierto, grito mucho...
- Que bueno, ya tu hermana llegó, había perdido a Fugaz pero logró encontrarlo, ven vamos a desayunar.
- ¿¡CÓMO QUE HABÍA PERDIDO A FUGAZ!? -Estaba tan agitada que casi sentí un mareo.
- Ya lo recuperó, está aquí en casa. No te alteres. -Dijo mi padre con una inmensa tranquilidad.
- Pues que bueno que lo hizo porque se las iba a ver conmigo. -Respondí.
- Ya, ya.. Deja el escándalo, ayer salve tus libros y hoy salvé a Fugaz. -Dijo Jessy mientras aparecía de la nada y tomaba un pedazo de pan de la funda negra que yo traía del colmado.
- Bueno, bueno. Que no suceda otra vez, sabes que amo a esta linda y malvada gatita. -Dije mientras acariciaba la larga cola de Fugaz. La realidad era que me daba tanto miedo perderla, aún cuando sabía que ya pronto moriría...

Dejé a mi padre y a mi hermana en la cocina, pues ya había desayunado y subí a despertar a Vani.

- Vani, necesito contarte algoooo. -Dije cantando.
- ¡Noooooo! Yo quiero dormir aléjate, aléjate. -Contestó mientras se arropaba porque sabía que ya yo había notado que llevaba unos cuatro o cinco minutos despierta.
- Vi al chico guapo otra vez.
- Jay, no me digas qué...
- No, no, no hice una estupidez cerca de él si es lo que quieres preguntar.
- Jajajaja solo quería preguntar si le habías hablado. -Ciertamente su carcajada al principio recalcó lo bien que me conocía.

Hablamos durante horas de cosas tontas, desde del misterioso chico sexy hasta el libro que continúe el día antes pero que me habían regalado hace meses, incluso de cuan triste me encontraba por no saber si Fugaz podría sanarse...

Esa Era Yo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora