El agua me llega muy alto, justo donde lo quiero. Ya no quiero hacer nada aquí. Siento el agua inundar mi nariz y decido respirar. Va a ser un nuevo viaje, no sé lo que encontraré allá. Sé que Daniel estará molesto pero no me importa. Sólo quiero acabar ya con el dolor. Quiero acabar con la confusión. No sé cómo se pudo todo torcer tanto con tan solo salir del orfanato. Cuando estoy viendo estrellitas por el ardor de mis pulmones, siento sus manos sostenerme con fuerza y enojo.
—Maldita sea, Agnes!
Comienzo a toser y a llorar. ¿Qué puede uno hacer cuando sabe que ya todo está acabado? Él me saca de la bañera y comienza a acariciar mi frente, le da pequeños besos y luego me ayuda a respirar. El silencio nos inunda.
—No me hagas esto. — suspira. Sus ojos son suplicantes. —Sólo te tengo a ti. No podría quedarme solo. Por favor. No me hagas esto. No quiero volver. No quiero morir. Por favor. Quédate conmigo.
Las lágrimas inundan mis ojos y comienzo a llorar. Ojalá no fuera tan inútil. —No lo eres. Eres perfecta. Eres fuerte, Agnes. Yo puedo entender que todo sea confuso y que tus padres no estén. Lo es también para mí. Por favor quédate. Podemos estar juntos. Podemos arreglarnos. Prometo que todo va a estar bien. Lo prometo.
Él acaricia con ternura mi flaco rostro y nos quedamos ahí un momento. Mi respiración se tranquiliza aunque arde y mi pesar se va, remplazado por una enorme tranquilidad. Dios, soy una idiota. Nadie merece esto. Nadie. Ni siquiera yo. Dejo que me acaricie y luego él planta un pequeño beso en mi nariz y lo abrazo.
Prometo continuar. No importa lo que haya pasado. Lo tengo a él. Aquí y ahora. Siempre.
ESTÁS LEYENDO
Mi Novio El Fantasma
ParanormalAbro mis ojos y lo único que siento es una espesa oscuridad. Parpadeo varias veces, esperando a que mis ojos se ajusten. Cuando lo hacen, analizo mi cuarto. La litera de arriba rechina y me asusto un poco, ya que no hay nadie más aquí. Me paro y me...