The new Hale |STEREK|

Capítulo 8.

Respecto al suceso de ayer en el centro comercial, logramos llegar bien hasta mi casa.

Como podía resultar ser una falsa alarma, se podría convertir en una verdadera y como resultado alguien salir herido, así que más vale prevenir.

Lydia se tuvo que ir apenas nos dejo, pero nos dijo que la mantuviéramos al tanto si algo pasaba, mientras Scott seguía aquí.

Eran casi alrededor de las doce de la madrugada, ahora.

Apenas dieron las 9 y la pequeña ya estaba bebiendo de su biberón, al terminar se quedó completamente dormida, así que la fui a recostar a mi habitación mientras seguía en compañía de mi mejor amigos viendo películas, en la planta baja.

- Stiles baja el volumen.- me ordenó.

- ¿Qué? Pero si es la mejor parte.- me queje.

- Hazlo.- volvió a decir con seriedad.

Tomé el control y quiete en volumen a la televisión.

McCall parecía atentó, como si escuchara algo atentamente, con sinceridad eso hacia wur mis nervios se pusieran de punta, pues los malditos beneficios de ser lobo le permitían percibir todo a distancia.

- ¿Dónde está, Claudia?- preguntó con un tono bajo.

- En mi habitación.- contesté en el mismo tono pero con duda y preocupación.- ¿Qué pasa? Me estas asustando.

- Hay un lobo fuera de la ventana de tu habitación.- dijo con como si se tratara de la cosa mas insignificante del mundo, que hubiera en este preciso instante una maldita criatura sobrenatural en mi techo.- Tranquilo, sólo toma a la pequeña y manten tu bate cerca. Yo saldré, para atacarlo por fuera y evitar que entre.

Afirme rápidamente con mí cabeza, al ponerme de pie.

Me acerqué a la escaleras y espere a que mi mejor amigo, ya transformado claro, saliera por mi puerta con dirección hasta la parte trasera de mi hogar.

Subí con total cuidado de no hacer ningún ruido hasta mi habitación.

Primero tome en brazos a la pequeña bebé, al acomodarle bien deje mi mano derecha libre para así tomar mi bate y estar atentó a cualquier ataque inesperado.

Mi ventana se encontraba cerrada, pero atreves de ella podía notar las sombras provenientes de la parte exterior.

(...)

Cerré con cuidado la puerta principal de la residencia Stilinski.

Con total cuidado iba dando pasos algo grandes para llegar al sitio donde se encontraba el otro lobo.

Este se encontraba con total tranquilidad sentado en el techo.

Solté un gruñido, para que notara mi presencia en el lugar o activara sus sentidos.

Al instante se puso de pie.

En el ambiente estaba sus nerviosismo y desesperación mezclándose hasta llegar a mi nariz.

Volteó a la ventana y empezó a tratar de abrirla.

Al instante comencé a correr para trepar al árbol, después llegar al techo.

(...)

Un gruñido llegó hasta mis oídos, acompañado de un escalofrío que me recorrió en cuerpo.

¿Qué si estaba nervioso?

Claro que lo estaba, no sólo mi vida peligraba, sino que también la de una indefensa bebé que no llevaba nada de culpa.

Justo cuando la ventana se abrió y gracias a la oscuridad sólo me permitían ver ambos ojos resplandecientes de la criatura en color dorado, en ese instante tome con fuerza el mango de mi bate, listo para golpearlo si se acercaba, no dejaría que tocará a Clau.

De pronto se ven los ojos que identificó pertenecientes de Scotty por la tonalidad roja, entra por la ventana mientras ruge y salta hasta derribar a la otra persona.

Enciendo la luz al soltar el bate.

- ¡Isaac!.- gritamos con sorpresa, al unísono.

El mencionado solo me me mira apenado con una mueca en el rostro desde el suelo.

- Gracias por cuidarnos, Scott.- le dijo con una sonrisa.- Te puedes ir ya amigo, necesitó hablar con Lahey ahora.

- Bien.- asiente. - Por cierto perdón por el fuerte golpe. - le mencionó al rubio quien se encogió de hombros para restarle importancia.

Hasta que no escuche el motor de la moto de McCall alejarse volteé a ver al ojiazul.

- ¿Se ha ido?.- me refería a Scott.

- Sí.- afirmo viéndome.

- Bueno, ya es muy tarde, estoy cansado y prefiero dormir.- informé.- Puedes quedarte a dormir en el sofá de abajo si gustas, pero mañana temprano no te escapas de una charla conmigo, si es que llegas a irte.

- Gracias, Stiles.- fue lo último que dijo antes de salir por la puerta mi cuarto, seguir por las escaleras hasta el primer pisó.

Por fin me pude acostar y descansar un rato con total tranquilidad.