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El resto del camino me la pasé digiriendo información e intentando conseguir mas. Claro que la cosa no estaba tan fácil porqué Ares hablaba de puras trivialidades y tenía una boca que no se cerraba y mucho menos me dejaba opinar mucho, aunque tampoco es que tuviera muchos comentarios.

Terminamos el recorrido en los jardines. Supongo que es aquí el lugar secreto que me iba a encantar. Y no es que no me guste pero ya conozco el sitio, y no me refiero a que lo vi por la ventana, sino que lo recuerdo, recuerdo el lugar, el pasto y el lago. No quiero decepcionar a Ares ni nada, pero no es tan emocionante.

– ¡Vaya! Mira que lindo lago. Gracias Ares por traerme aquí. Me encanta. – Miento, pero es una simple mentirita blanca.

– ¿Qué?, esto no lo que te quería mostrar, ven. – me tiende la mano y por segunda vez se la tomo.

Me lleva por un lado del lago, no ha soltado mi mano y se lo agradezco, pues con lo rápido que va, seguro que yo ya me hubiera caído. Llegamos frente a un gran árbol, un sauce, creo. Ares me suelta y me mira directo a los ojos.

– Hermione, confío en ti. Pero necesito que me hagas un favor ¿puedes? – asiento extrañada – mira, no, mas bien no mires, eso es lo que necesito ¿puedes?.

– ¿Quieres que no vea? ¿cierro los ojos?

– Exacto.

– ¿Porqué?

– Solo ciérralos ¿si? Confía en mi.

Doy un largo suspiro pero al verlo ahí parado suplicándome que cierre los ojos, se le ve tan emocionado que decido darle el gusto. Cuando cierro los ojos, siento que mis demás sentidos se agudizan.

Escucho un sonido. Creo que son ramas moviéndose, pero tienen una rapidez increíble que hace que me pregunte si mi anterior suposición es correcta. De repente el sonido comienza a calmarse hasta que al final se detiene por completo. Espero a que Ares me diga que ya puedo ver, pero no pasa nada. Comienzo a abrir un solo ojo y veo a Ares mirándome. Por alguna extraña razón hace que me sonroje. Espero no se me note mucho.

– Ah... bueno ven – dice y me ofrece la mano. No se porqué lo hace, ¿modales? ¿costumbre? ¿alguna otra razón mas extraña que no logro comprender? No lo se, y lo curioso es que antes se me hacía algo de lo mas normal, pero en este momento me siento súper rara tomándosela. Aun así lo hago.

Se acerca al Sauce, recuerdo que este árbol es especial, no se por qué, solo lo sé. Se agacha hasta quedar frente a un agujero que está en el suelo. Esta muy oscuro pero creo que es un túnel. ¡Que emoción!

– Hermione, tienes que jurar que nunca jamas de los jamases vas a hablar con nadie de esto. Te estoy confiando uno de mis mayores secretos. Juralo

– Lo juro. – dije rápidamente

– Júralo por tu madre – ¿acaso no le bastaba mi palabra?

– No se quien es mi madre.

– Bueno, pues júralo por algo que realmente te importe. – Bueno tampoco es que nos conociéramos de hace años, debería estar agradecida por que está confiado en mi.

– Lo juro por algo que realmente me importe. – intento bromear

– No te hagas la graciosita – ríe. – yo primero.

Baja por el túnel y murmura un lumos, que hace que la punta de su varita se ilumine, ahora si puedo ver, comparado con lo que tenía en mente, está muy limpio. Cuando bajo, él me espera para darme la mano y ayudarme a incorporarme.

– Vaya, un túnel secreto, esto es mucho mejor que los jardines, ¿A dónde lleva? – preguntó

– A Marte. – responde y yo lo fulmino con la mirada – A Hogsmade. Es un pueblito mágico. No queda muy lejos. A los alumnos de tercero para arriba los dejan ir de vez en cuando, pero nosotros vamos cuando queremos gracias a este hermoso túnel.

– Yo mas que hermoso lo encuentro sucio. – se ríe – ¿y quiénes son nosotros?

– James, Sirius, Remus y Peter. – lo dice con tanta naturalidad.

– Los Merodeadores. – Añado – Dijiste que no eras un merodeador. – Él se para cuando ve que me detengo. Me toma la mano y me hace segur caminando.

Y no lo soy – no me gusta ese tono. – Solo somos amigos, ellos descubrieron este túnel hace años y como vivimos en el mismo cuarto los descubrí y me dejaron usarlo cuando quisiera siempre y cuando no dijera nada.

– Ah. – eso tiene sentido.

– Aparte ¿qué tendría de malo si yo fuera un merodeador? – Contraataca. La verdad no me había parado a pensar en eso, no tenía por que molestarme, ni siquiera estaba segura de que me molestara, es mas, no me molesta ¿ porqué le estoy dando vueltas a esto?

– No nada, solo tenía... curiosidad.

– Curiosidad. – parece que esta evaluando la palabra.

– Si curiosidad.

– Okey.

Continuamos el camino y llegamos a una vieja casona. Se ve aterradora, está llena de telarañas en el techo y la madera del suelo esta toda arañada, como si montones de gatos gigantes se hubieran afilado las garras ahí.

De repente unas manos me toman los hombros y yo pego un grito mientras brinco del miedo.

Ares se está riendo, que riendo, carcajeando. Lo miro con los brazos cruzados y con cara – espero – de si-te-sigues-riendo-te-mato.

– Lo siento, pero es tan gracioso. – Apenas si puede respirar de tanta risa.

– Yo no le encuentro la gracia. – Bueno, tal vez si sea un poco gracioso, pero no se la perdono, me dio un susto de muerte.

– No sabía que fueras tan miedosa – primero casi me mata y encima se burla de mi. Me las va a pagar. Lo juro por algo que me importe. – ya bueno – intenta que se le normalice la respiración. – Vámonos.

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Lo siento, no pude subir el capitulo el domingo,  pero aquí está, espero les guste, no se olviden de votar y comentar. Pronto llegarán los merodeadores. Besos

Hermione: en el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora