Stormsilver: ¿Te gusta Ororo?

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Dos act. en un día. baia baia eso es récord para mí.

Anyways, regalo para Belu que me dijo que quería un stormsilver y pos yo acá, como buena escritora se lo cumplo. loviu<3 :v

Ojalá te guste, lo hice con mucho amor. n_n

Un poco largo pero creo que vale la pena (???) 

Tiene malas palabras y mucha comedia, creo... no sé, a mi manera. Bv pero espero que te guste. :')

Adv: mucho Peter y Erik siendo lindos padre e hijo bc yes. y Ororo conquistando a Peter. e_é ah y malas palabras(?)

¿Te gusta Ororo?


El despertador sonó. Esa cosa ruidosa y metálica. Por todos los cielos, ¡cómo la odiaba! Dio vuelta en su cama y su mano llegó hasta él para apagarlo, luego se dispuso a dormir de nuevo, llevándose la sabana hasta la cabeza y tapando todo su ser. Cinco minutos más. Eso fue lo que pensó, pero esos cinco minutos se convirtieron en diez, luego en quince, veinte, treinta, cuarenta, una hora...

—¡ORORO, DESPIERTA! Estás tarde a tu entrenamiento, eso amerita un castigo y no quiero dártelo—escuchó a Raven con fuerza al otro lado de la puerta, mientras le propinaba golpes para que despertase.

Rápidamente se incorporó como si un balde de agua muy fría le había caído encima, pero ver a Raven enojada era mucho peor que eso.

—¡Lo siento, lo siento! Ya voy, deja que me vista—musitó agitada, al mismo tiempo en que entraba al baño a cambiarse para su uniforme de entrenamiento.

—¡Rápido! —fue lo último que la escuchó decir y se alejó de la puerta a zancadas. Todo lo escuchaba incluso con la ducha encendida.

No se imaginó que todo el mundo en la mansión escuchó a Raven gritándole y regañándola por su irresponsabilidad. Aún así, todos creían que debían tener una consideración especial con ella, Charles lo hacía en su mayoría. Había pasado muchas cosas en Egipto y no había tenido una propia educación como lo hacían los estadounidenses, por lo que se quedaba en las tardes junto a Charles, quien le enseñaba muchas cosas básicas con un proceso de construcción en ella para que pudiera ejercer cualquier cosa que quisiera como una persona normal, además de ser una mutante.

Termino de alistarse en minutos récord y corrió hasta la sala de entrenamiento, donde Raven la recibió con una mirada en la que, juró, podía ver el mismo infierno, y a sus cuatro compañeros en un silencio incómodo. Sin embargo, a uno de ellos, en lugar de provocarle miedo o incomodidad aquella forma de ver a Ororo, solo se limitaba a sonreír burlonamente por lo que había sucedido: Peter.

Qué idiota, pensó la morena para sí misma, antes de reanudar nuevamente con la práctica.

**

Caminaba por los pasillos de la escuela muy apresurada para su gusto. Pero se le había hecho tarde. De nuevo. Dios, se le había hecho costumbre ese día y llegó a la conclusión de que eso no debía repetirse, que si se atrasaba unos minutos, aún así estos podían hacer una diferencia significativa. Wow, ¡ya aprendiste algo, Ororo! Se felicitó mentalmente y con un poco de satisfacción, mientras ordenaba sus libros de historia y matemáticas, los cuales le había proporcionado el Profesor para que estudiara. Una ráfaga se le atravesó y cayó al suelo en un santiamén. Había sido tan rápido que ni siquiera notó en qué momento había quedado en el piso con los libros revueltos en el camino. Y solo había alguien en toda la mansión capaz de hacer eso: Peter.

¡Qué idiota!, pensó de nuevo, y esta vez, con enojo.

—¡Oh, Dios, lo siento mucho! Voy a ayudarte, ¿sí? —habló rápidamente antes de que ella respondiera.

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