Un día común

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Grell

¿Como se creaban los shinigamis?

Aquella pregunta tenia respuesta como todo en la vida pero no era alguna que recibiera una, de manera rápida, era más complicada tenerla, aunque que importaba, las personas morían todos los días al tiempo que nacían más para reemplazarla al momento de dejar su lugar.

Suspire cansado tomando una taza de aquella bebida energética traída del oriente, el café, como fuera era genial para despertar a alguien o para eliminar la fatiga aunque prefería las bebidas más atrevidas está aunque aburrida le ayudaba a estar despierto.

Además esa asociación era tan aburrida! Hombres aburridos y soberbios como mi Will! Ay ese hombre podría golpearme y hacerme picadillo cuando quisiera! Pero claro no era divertido.

Por ello había decidi ayudar a aquella mujer cubierta del rojo que tanto amaba y si no hubiera sido por ello no hubiese conocido al gran otro hombre que podría dañarme y amarme, Sebastián Michaelis.

Había pasado días observándolo cuando tenía tiempo libre y claro estos pequeños espionajes me habían llevado a ser pateado más de una vez por mi superior y por el demonio.

Suspire mirándole a lo lejos sobre un tejado, tenía derecho a enamorarme! O bueno sentirme atraído por alguien tan apuesto! Aunque claro estaba asqueado por lo que había visto en aquel cinematic récord de la cirquera esa! Pero al menos me daba una idea de como sería estar con el. Una pena no ser una mujer atractiva!

-Ah Sebas-Chan! Por qué no me quieres a mi~? Soy mejor que una mujer! - me queje riendo un poco en lo que me ponía mi lápiz labial - soy lindo y divertido!

- Es probable que por qué eres extraño - comento una voz tras de mi, muy suave y aguda para ser la de un hombre, gire a verle con cara de pocos amigos soltando un pequeño gruñido.

-Y tu quien eres? - me levanté para mirarle mas de cerca, con obvia molestia por interrumpir mi día con Sebastián aunque le estaba acosando, algo malo claro pero era la única forma de estar cerca! - No soporto a los idiotas!

- Oh! Lo siento, soy 8765 pero puedes decirme Charlie soy relativamente nueva en esto , el señor Spears me comentó que podrías ser un buen maestro - hizo una pequeña reverencia pequeña.

-Soy Grell Sutcliff, Death! - hice aquella pose que siempre hacia aunque era tonto después de todo no buscaba dejar una impresión. Como sea la chica solo sonrió apenas siendo perceptible, por mi parte le expliqué que cuando tuviera su primera caza de almas excitosa tendría su Death sclyde y no serían unas tontas tijeras.

Me sentí extraño dejando que ella me siguiera por todo lado en mi trabajo, aprendiendo de el, tomando notas de este, si enserio alguien había pensado que sería un buen maestro había sido un idiota.


Pasaron algunos días desde que la chica se había unido a mi trabajo, y claro había pasado un tiempo desde que había visto a mi querido demonio que no era pareja mía! El amor sin duda era caprichoso, suspire pesado vigilando a la chica que claro había recibido su primera misión y yo estaba solo supervisando, sintiendo cansancio.

-Señor Grell! - escuché su aguda vos y le mire con molestia notando algunas heridas - quien es ese hombre!? - señaló a lo lejos, notando a mi amado demonio y su niño llavero!.

Esto iba a ser muy interesante.

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