Capítulo 11

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A la mañana siguiente me despierto asustada por todo lo que había pasado, George enseguida se levanta y me abraza. Ni siquiera me di cuenta cuando él subió a la habitación.

-Todo va estar bien- me tranquiliza con su dulce voz.

Me pego a él y dejó que el me siga abrazando, en mi mente sólo se repite

  《Todo estará bien, no pasará nada, él pagará por lo que hizo.》

Al paso de unos minutos me volví a quedar dormida, no desperté hasta la noche, cuando abrí los ojos pude ver a mi hermano acostado en su cama dormido, se veía tan indefenso, se veía como ese señor me veía mi, como él se aprovechó de mí, no dejaría que nada le pasará a George, nada.

El resto de la noche me imaginé cómo sería mi vida si yo aun viviera, quien sería mi primer amor, con que promedio saldría de la Universidad, pero nada de eso podrá pasar, nada será como antes, ahora sólo soy yo con mi hermano, sin Universidad y sin nada más.

Trató de no pensar en eso, pero los recuerdos de mi vida pasada me inundan, siento como el estómago se hace chico y como unos pequeños chillidos salen de mi hocico, observó que George empieza a revolcarse en su cama, así que hago lo posible por guardar silencio, ya es tarde, no se que hacer, no quiero dormir porque se que al momento de cerrar los ojos mi asesino y la escena de él en el baño volverán a mi mente.

Me he quedado dormida sin darme cuenta, George me tiene abrazada y tapada con su cobija, pensé que yo era su soporte y tal vez lo sea, pero él es el mío, me tranquiliza saber que está conmigo, que está a salvo.

Me levanto con cuidado de ia cama de George y camino por la casa, esta muy silenciosa, tanto que puedes escuchar tu respiración. Voy directo a un puerta que es de vidrio y corro la cortina con el hocico para poder ver por ella, apenas está amaneciendo, puedes ver como arde el cielo formando maravillosos colores rosados y algunos rojizos, quisiera acariciar cada uno de sus colores, quisiera sentir en mi piel la calidez ellos y al mismo tiempo sentir el viento frío de la mañana. Pero no sentirlo así, siendo un perro, sentirla en mi piel de antes, sentir como mi cabello se agita con el viento y como uno que otro cabello se me quedaban en la cara, pero eso nunca volverá a pasar.

Rose- escucho a George decir desde su habitación. Después de poco segundos baja las escaleras- Rose, ¿qué haces aquí?

Lo miro y él sólo hace un gesto de tristeza.

-Rose, él no saldrá, pagará por todo, no lastimara a más personas, ya verás.

Si él supiera que en realidad no estoy así por eso, que la verdad es que extraño poder tener un futuro en la vida o al menos... una vida.  


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