Capítulo 13

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Me despierta el pequeño rayo de luz que entra entre las cortinas, George está en el baño alistándose para la Universidad, mientras espero a que salga como algunas croquetas, al principio me sabían asquerosas, pero con el paso del tiempo les empecé a agarrar el gusto.

Al salir George se despide de mí y sale del cuarto, los días sin él son aburridos, me quedo todo el día en la habitación, en la casa o en el jardín. Siempre que regresa, comemos, bueno más bien come con mis abuelos, luego vamos al jardín un rato y finalmente salimos a dar una vuelta, eso es lo que espero todo el día.

Subo a la habitación y enciendo la televisión con la nariz, hay un programa familiar, donde juegan y ganan cosas, siempre se me han hecho tan aburrido y tontos. Al paso de unos minutos me quedé dormida.

Despierto cuando George entra.

-Hola, Rose- me saluda con voz cansada.

Arroja su mochila al suelo y se da la vuelta para bajar, me hace una seña para que lo siga, brinco de la cama y bajo junto a él. Al bajar mi abuela estaba colocando los platos en la mesa para que comieran, es jueves ''día de pollo con espárragos'', George la ayuda terminando la mesa. Después de unos minutos mi abuelo baja y todos se sientan en la mesa, agradecen los alimentos y después todos cuentan lo que ha pasado en su día mientras comen.

Siempre he extrañado poder compartir esos momentos con ellos, poder abrazar a mis abuelos y contarles todo lo que me ha pasado, pero eso nunca volverá a pasar. Me he quedado pensando varios minutos porque cuando regreso a la realidad, mi hermano ya está levantando los platos de la mesa, cuando termina de ayudar a mi abuela, voltea hacia mí y me observa por unos segundos.

-Rose, vamos a dar un paseo- dice después con un tono cariñoso.

Salimos y caminamos por la acera, cuando de pronto George sale corriendo.

-Te juego una carreras hasta al final de la calle- gritaba mientras corría.

No me costó mucho alcanzarlo ya que yo corría mucho más rápido que el, pero por la diferencia de tiempo quedamos empatados. Hacia tanto frió que veía como salía vaho de mi hocico por el jadeo de cansancio.

-¿Recuerdas cuando hacíamos esto?, recuerdo que corríamos como locos en el supermercado para ganar el carrito o cuando competimos para ganar el lugar del copiloto, ¿recuerdas?, mamá siempre gritaba que nos calmáramos- dice riendo.

Claro que lo recuerdo, antes siempre le ganaba a George, pero con el paso de los años el se volvió más veloz que yo, pero ya se le acabó ese gusto. Una pequeña risa se escucha en mi cabeza.

Después de varios minutos caminando por el vecindario regresamos a casa, abre la puerta de la casa y entramos, jugamos otra pequeña carrera hasta la habitación. Cuando llegamos George se quitó los zapatos y se lanza sobre la cama, yo brinco junto a él.

-¿Estás lista?, Recuerda que mañana es el gran día, así que mejor descansa un poco.- dice. Yo solo cierro mis ojos y trato de no pensar en eso.

Más allá de la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora