Capítulo 10: ¿Italia?

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Una vez Himari terminó de darse una ducha y arreglar el desastre en su cabello, ató las agujetas en sus deportivos blancos, recordando como Misugi también había hecho lo mismo hacía dos días.

Ella negó con la cabeza, como si ese chico no tuviera remedio alguno. Es decir, no era normal ser tan confianzudo con las personas, mucho menos si nunca habías tratado con ellas, así que Himari no entendía aun el motivo para que el Príncipe del Campo se hubiera comportado así con ella.

¿estaba deschavetado? Lo más seguro era que sí.

Cuando al fin estuvo dentro del estadio, los gritos y vítores de la afición la recibieron. El lugar estaba completamente lleno, así que fue una verdadera suerte encontrar a Nika entre toda la multitud a un lado de Urabe, mientras le hacia una seña para que se acercara a sentarse en el asiento vacío contiguo a ella.

—Hola, Himari—saludó la pequeña Marsa con una sonrisa—. Siento que no nos hemos visto en años.

La pelinegra asintió con pena.

—Los partidos me han tenido ocupada—confesó y luego desvió sus amatistas al chico que se encontraba a un costado de su amiga—. ¿Porque siento que a alguien no le gustara ver esto? —le susurró.

Nika enrojeció inmediatamente, no obstante, negó con la cabeza.

—Mejor deberíamos hablar de tu viaje—musitó con cautela, tratando de que Urabe, quien la miraba de reojo momentáneamente, no la escuchara—. ¿es cierto que te vas de Japón?

Himari nuevamente asintió.

—Pero no quiero hablar de eso—pidió—, aun no le digo a nadie más del equipo. Hasta ahora solo lo sabe Shõri y Gabriella.

—Entiendo.

Ambas chicas cambiaron de tema en lo que el partido del Furano contra el Meiwa daba inicio. En eso, Himari se dio cuenta de como los dos lugares que estaban junto a ella se desocuparon y, por un momento, quiso llamarle a Mamoru para preguntarle donde se encontraba y si es que quería ver el partido con ella.

Pero no lo hizo.

Las cosas con Izawa ya no estaban nada bien, Himari no entendía cómo habían pasado de estar casi todo el tiempo juntos a ni siquiera poder dirigirse la palabra. Quería encontrar la razón de ese deterioro en su amistad, pero no podía culpar a nadie. Ni a ella por haber hablado con Misugi, ni a él por estar conversando con Yayoi Aoba como si hubieran tratado antes.

Quizá una cosa había llevado a la otra, pero es que, si fueran solo amigos, como Mamoru le había dejado en claro en reiteradas ocasiones, en ningún momento se hubiera enfadado con ella por verla llegar con otro chico.

Y lo mismo con Himari.

Lo más gracioso de todo es que aún no le decía que se iría del país después de la final, porque no estaba siquiera segura de que él la escucharía.

O de si le importaría.

—Vente, Genie, aquí hay lugares.

—Voy, Mirai-chan—le respondieron a la primera voz con entusiasmo—. Es una suerte que halláramos dos sitios contiguos.

Una chica peli azul, de ojos marrón dorado, tomó asiento a un lado de Himari, mientras que la otra chica castaña y con ojos dorados como el mismo sol, se sentó junto a la primera.

—Disculpa—dijo la chica peli azul, llamando la atención de la pelinegra— ¿tiene mucho de que inició el partido?

Himari negó.

—Recién están escogiendo quien dará el saque inicial y quien elegirá su mitad del campo—informó—, no se han perdido de nada.

Ambas chicas le sonrieron en conjunto, como un gesto completamente natural y coordinado.

Himari ↳ Captain Tsubasa [MRS #0.5]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora