Capitulo 3

555 64 7
                                    

Dos semanas ¡Karamatsu habia pasado dos malditas enteras semanas huyendo de él! Ichimatsu resopló molesto mientras fumaba tranquilamente uno de los puros que se habia robado del estudio de Osomatsu y jugueteaba con el presente que le habia traido a Karamatsu ese dia. Ya no sabia ni que hacer para acercarse a su Gattina, al parecer mientras mas lo intentaba el de ojos azules mas parecia querer huir de su lado. Como francotirador experto, y no era por presumir, estaba mas que acostumbrado a ser paciente a la hora de eliminar a quien Osomatsu le pidiera preparado siempre en la espera de dar el golpe de gracia, sabia lo gratificante que seria la recompensa que obtendria por su trabajo y es por ello que nunca se quejaba.

Por desgracia todo tenía un limite y su paciencia no era ni de lejos infinita, odiaba admitirlo y ni bajo tortura lo diria en voz alta pero su Gattina ya lo estaba llevando al borde de la desesperación. Lo habia intentado todo, absolutamente todo, desde acercarse de manera tierna y romantica fingiendo ser el caballero que definitivamente no era lo cual solo le sirvió para que los idiotas soldados de Osomatsu se rieran de su faceta "tierna" y tuviera que aguantarse las enormes ganas de volarles la tapa de los sesos con su rifle, hasta abordarlo en los pasillos de la enorme mansión Matsuno mientras acorralaba su delicioso cuerpo, pero es que joder que estaba re-bueno el condenado, contra la pared mas cercana mientras lo miraba directamente a los ojos con su mejor sonrisa galante, que dicho sea de paso él no se caracteriza por tener una sonrisa lo que se dice encantadora.

En cada una de las ocasiones Karamatsu siempre lo terminaba alejando, ya sea porque alguien los interrumpia o por que el de ojos azules le asestaba tremendo golpe que lo hacia doblarse de dolor en el suelo haciendo que el Sottocapo aprovechara eso para escapar de sus garras y que no pudiera probar esos labios de cereza. Pero debia admitir que el verlo completamente paralizado en el momento en que sus cuerpo se juntaban y sus labios estaban a solo milimetros de rozarse era algo maravilloso, sentir el ligero temblor de su cuerpo contra el suyo y observar en primera fila el hermoso sonrojo que surcaba el bello rostro del segundo al mando de Osomatsu era casi orgasmico para él.

Estaba casi seguro, tan seguro que podria apostar su amado rifle, que no era para nada indiferente ante los ojos de Karamatsu y no era por sonar pretencioso pero realmente no habia encontrado hasta ahora mujer que se le pudiera resistir. Por desgracia debia cambiar de estrategia rapidamente si queria por lo menos conseguir un miserable beso del Sottocapo, sabia que faltaba realmente poco para que Osomatsu regresara y cuando eso sucediera ya podria irse despidiendo de cualquier oportunidad que pudiera tener con el de ojos azules. De cierta forma sentía una horrible sensación de celos de solo pensar en todo lo que su Jefe y su Gattina hacian juntos pero conocia a Osomatsu, casi como la palma de su mano, y podía jurar que esto lo hacia solo hasta encontrar un juguete nuevo.

Acabó el puro mientras lo aplastaba contra el cenicero de cristal del escritorio, ya casi podia saborear el momento en que tendria en sus brazos al de ojos azules, solo debia de ser un poco mas paciente. Estaba a punto de abandonar el estudio para buscar a su amore cuando escucho el telefono sonar insistentemente; dudó en levantarlo o no, a fin de cuentas este tipo de cosas no le concernían, pero decidió hacer una excepción y casi movido por una extraña fuerza que ni el mismo sabía de donde había salido levanto el aparato.

– ¿Bueno? ¿Karamatsu? – Esa definitivamente era la voz de Choromatsu, aunque se escuchaba algo molesto, decidió seguirle el juego.

– ¿Qué sucede? – Deberian darle un Oscar, tal vez cuando se aburriera de la vida en la Familia se metiera como actor... si claro.

– Al parecer este asunto en Japón nos tomara mas tiempo de lo planeado, creo que el Jefe no ha llegado aun a un acuerdo entre ambas partes y por lo que Don Matsuno me ha comentado los Yakuzas de Tokio no quieren ceder – Ichimatsu ya lo veia venir, ese tipo de acuerdos son demaciado delicados, solo esperaba que no terminara en una guerra entre Familias si el imbecil de Osomatsu metía la pata.

– No te preocupes pueden tomarse el tiempo que necesiten, yo me encargo de los asuntos aquí – Definitivamente deberia reconsiderar la actuación como segunda vocación. Choromatsu ni enterado que no estaba hablando con el verdadero Karamatsu*.

– Confío en ti. – El friki debia dejar de preocuparse, él se iba a encargar de cuidar muy bien al Sottocapo. – Ah y Karamatsu... si tienes algun problema con... ya sabes, Mr. Fukuyama, no dudes en decirmelo.

El de blanco arrugó levemente el entrecejo, maldito friki virgen.

– No te preocupes Choromatsu, Mr. Fukuyama y yo hemos tenido suficiente tiempo para conocernos, es una persona... agradable. – se mordió la lengua, debia colgar antes de que el estupido Consigliere comenzara a sospechar.

– ¿Enserio? B-bueno entonces nos vemos, por cierto Osomatsu te manda saludos, dice que le hubiera gustado hablar contigo personalmente pero realmente esta muy ocupado y estresado con este asunto.

– No te preocupes por eso.

Colgó lo mas rapido que pudo al escuchar pasos acercarse al estudio, para su alivio y placer era el de ojos azules que venia a recoger unos papeles que se le habian olvidado aquella mañana al intentar huir de su pequeño, e inofensivo cabe aclarar, acoso hacia su persona. Le sonrió ligero tratando de no asustarlo mientras le pasaba la rosa que habia mandado a traer explicitamente de la mejor floreria de toda Italia unica y exclusivamente para el Sottocapo, era de un hermoso color azul intenso que le recordaba a los ojos de su Gattina. Karamatsu lo miro algo molesto pero no rechazó el regalo, se veia demaciado violable con ese sonrojo en las mejillas que el de mirada violeta tuvo que recurrir a todo su autocontrol para no saltarle encima.

– ¿Alguna novedad? – preguntó Karamatsu por mera cortesía, odiaba esos silencios que se formaban cuando estaba a solas con el Caporegime, los odiaba más por el hecho de que siempre se ponia nervioso cuando estaba con el de ojos violetas y no podia evitar actuar ansioso, ese hombre si que sabia como alterarlo.

– Choromatsu llamó hace unos momentos, al parecer sus vacaciones se extenderan unas semanas mas.

– No estan de vacaciones – el de ojos azules le regaño levemente. – ¿Eso fue todo? – Preguntó con cierto tono emocionado, se moria por tener noticias de Osomatsu.

– Si, fue todo. – No pasó por alto la expresión de decepción de Karamatsu y ya sabia el porque de eso. Los celos le hirvieron en la boca del estomago pero debia controlarse, esta era su oportunidad. – Oye Karamatsu.

El de azul lo miro ligeramente extrañado y no era para menos pues era la primera vez que le llamaba por su nombre, siempre le decia cosas como Gattina, Carino mio, Amore mio, Incanto, etc. Por lo que le prestó atención aunque siempre alerta por si el de blanco queria volver a propasarse.

– Eh estado pensando y creo que tu y yo hemos inciado con el pie izquierdo – Habló serio como si estuviera contando un secreto de Estado.

– No me digas – Karamatsu solo rodó los ojos, no tenia que recalcarle algo mas que obvio.

– Entonces eh pensado en que deberiamos volver a iniciar – Sonrio casual, solo debia seguir actuando casual. – ¿Qué te parece si salimos a cenar hoy? Yo invito.

– ¿Qué estas tramando? – El de azul no se fiaba ni un pelo de esa sonrisa, pero jamas pensó que realmente Ichimatsu se viera incluso mas guapo actuando de esa manera.

– Te juro solemnemente que mis intenciones son buenas** – Puso su mano en el pecho haciendo una pose algo rara. Karamatsu no pudo evitar reir ligeramente. – ¿Entonces?

– Tu ganas – Le sonrió devuelta, tal vez si podrian empezar de nuevo y hacer esa extraña convivencia menos... ¿Extraña? – Pero cuidado con intentar hacer algo raro... – Ichimatsu solo le guiño un ojo mientras le abria la puerta del estudio caballerosamente.

Karamatsu no sabia ni como llamar a lo que Ichimatsu y él tenian en esos momentos ¡Ni siquiera sabia como llamar a lo que tenia con Osomatsu! Pero pensar en el de rojo y de cómo no se acordaba si quiera de él le hacia sentir un nudo en el estomago que, aunque odiara admitirlo, le dolía mucho. Tal vez salir un rato y despejar su cabeza fuera lo mejor despues de todo...

––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––––

*: Me inspire en el cap 16 cuando Ichi se pone la ropa de Kara y finge ser el XD

**: Demaciado Harry Potter :P

Business it's runs in the FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora