Orange ✎ Yoongi

✎ Thirty Two | Yoongi.

*Historia de Yoongi, del mundo donde ya no existe*

Fue de repente. 

A finales de mi primer año en preparatoria, mamá dijo que nos mudaríamos a Seúl. Mamá siempre toma decisiones sin siquiera preguntarme. 

– Oye, mamá. ¿Dónde pusiste mi bolsa de fútbol y mis zapatillas?

– ¿Huh? Me deshice de esas cosas.

– ¿Qué?

– Después de todo, prometiste no unirte a ningún club en tu nueva escuela, ¿no? Así que no las necesitas. De todas maneras ya estaban desgastados...

– ¡Dame un maldito respiro! ¡No tenías que tirarlos! ¡No había nada más importante para mí! –entré a mi nuevo cuarto dando un portazo tras de mi.

Ella nunca cambia. Incluso cuando era pequeño, mamá se divorció sin decirme nada. 

– ¡Yoongi! –exclamó un chico de mi clase.– ¡Caminemos a casa juntos!

Jimin. Él es un chico bastante agradable.

¿Nancy? Alegre. Habla un montón.

Jane. Genial. Aunque puede llegar a tener una mirada aterradora.

Namjoon. .... . Anteojos. 

Alice. Siento curiosidad por ella.

– Intercambiemos. Pan de curry por uno de melón. –dije hacia ella. Luego, llegó un mensaje de mi madre.

Mamá.

¿Dónde estás? Debo ir al hospital. No te hagas el tonto, sólo ven a casa ahora mismo.

Ella puede ir por su propia cuenta, ¿o no? 

Qué molesto.

Yoongi.

No puedo acompañarte ahora. Ya no eres una niña así que puedes llegar hasta ahí por tu cuenta, ¿no? No arruines mi vida.

Sólo me olvidaré de mamá por el momento y me divertiré. Luego me disculparé con ella. 

– ¡Yoongi, vamos!

– Claro. 

No me devolvió el mensaje. Esa fue la última conversación que tuve con mamá. 

– ¡Fin del juego! ¡La clase 3 gana la final femenina de softball!

– ¡Lo siento! –se disculpaba Nancy.– ¡Lo arruiné! Es mi culpa... Lo siento.

– ¡No te culpes, Nancy! Diste lo mejor de ti.

¿Qué diablos estás haciendo Yoongi?

¡Esto es tu culpa! ¡No te necesitamos en el equipo!

Olvídate de ello. No tiene nada que ver con este lugar. 

– Mi trabajo aquí está terminado. –dije guardando los primeros auxilios. Había desinfectado la herida de Alice en su pie, debido al tamaño de su zapatilla.– ¿Qué pasa? Te ves deprimida.

– ... Estoy preocupada por Nancy. Está muy triste por lo que pasó. Nancy sólo tomó la responsabilidad de batear porque yo me retiré. Debí haberlo hecho, incluso si perdíamos.