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Estamos en el avión con destino a Buenos Aires y luego de vuelta a Montevideo.
Estuve pensando en poner alguna conclusión al viaje, ya que ya está terminando.
A pesar del estrés que hemos tenido varias veces en el viaje, porque había tantas cosas por hacer y tan poco tiempo para hacerlas, considero que este viaje ha sido maravilloso. Y aunque no tuviéramos demasiado tiempo para descansar en estas vacaciones, sí descansé de mi rutinaria vida, ya que estuvo todo muy revoltoso y fuera de lo normal. Revoltoso en el buen sentido, ya que mi mente está llena de nuevos conocimientos para poner en práctica. Considero que este viaje, al visitar tantos lugares distintos y nuevos para mí, en tan poco tiempo, fue algo así como un pantallaso sobre "otro mundo". Es decir, no teníamos tiempo para centrarnos en detalles, y apreciar o analizar cada cosa con detenimiento, pero igualmente podemos apreciar y analizar la generalidad de lo que vimos y vivimos, nuestra experiencia en otro continente diferente al nuestro, en Europa.
Una de las cosas que más me llevo del viaje es la diversidad de las personas. A pesar de que todos seamos diferentes en muchos aspectos (costumbres, culturas, físico, etc), en realidad somos completamente lo mismo. Nuestras vidas cotidianas pueden tener algunas diferencias pero la manera en la que vivimos la cotidianidad es igual para todos.
Todos sentimos, todos pensamos, todos vivimos, todos somos humanos, y no importa de qué color sea tu piel, o cuán famosa sea tu ciudad, o de qué religión seas, o en qué continente vivas, tu vida no va a ser muy diferente a la de los demás, porque cada uno vive inmerso en su sociedad, pero cómo viven en ella, es igual para todos. Y aunque suene muy bobo, creo que todos somos los patitos de nuestra mamá pata La Sociedad, y eso nos hace vivir la cotidianidad de la misma manera, no como si estuviéramos en mundos separados, porque aunque a veces de lejos lo parezca, de cerca es posible darse cuenta de que, ciertamente, estamos en el mismo mundo.
Obviamente otra de las cosas que más me llevo es la belleza de las ciudades de Europa. Y realmente lo que les da esa belleza es la historia detrás de cada una, las construcciones que vienen desde hace siglos, y estas mismas adaptadas a la época actual. La mezcla en ellas de historia, arte, cultura, ideologías, etc,. más la vida moderna y la naturaleza misma en combinación, es lo que hace de Europa una gran reliquia para la humanidad y el mundo. Es una caja llena de joyas y una mesa repleta de manjares extravagantes para todo tipo de gusto.
Esta experiencia me sorprendió, no creo haber estado preparada para todo lo que me otorgó. Y quiero decir que me dejó un gran nido de aves dentro de mi cabeza, preparadas para romper el caparazón de sus huevos y salir a volar. Agradezco poder haber tenido la posibilidad de realizar este viaje, de tener las adecuadas puertas abiertas para hacerlo, las cuales me dejaron muy satisfecha.
Gracias por compartir conmigo la experiencia, hasta el próximo viaje!