Brant POV.
Llegamos en plena noche a la bodega, no sirvió de nada porque Marcus estaba demasiado cansado como para trabajar y prefirió dormir. Así que todos lo hicimos. O al menos yo, lo intenté. Pero no pude. Solo podía pensar en que Paris podría despertar y yo no estaría ahí. Y él no dormiría. Y yo no dormiría. Y yo no puedo dormir ahora. Llegar desde ahorita fue una pérdida de tiempo. Pude haber pasado la noche con Paris y venir hasta la mañana.
Porque no es sino hasta las 10 de la mañana cuando por fin ponemos manos a la obra.
Aunque Marcus creía que yo estaba ansioso por tener algo que hacer, hizo todo demasiado rápido. La mayoría de las cosas ya estaban en mi cabeza e iba un paso delante de ellos. Mi cabeza siempre pensaba demasiado bien las cosas, y a la gente le terminaba gustando lo que yo decía.
Por eso, cuando Marcus habla conmigo sobre dejarlos solos estos últimos días, no me opongo.
-Es que contigo no necesito estudiar nada, Brant. Ya lo sabes todo, es como si tú y yo tuviéramos el mismo cerebro, actuamos al mismo tiempo y somos con dos extremidades manejadas por un mismo hemisferio –dijo-. Pero Fabián y Carlos... necesito entrenarlos muy bien. Un error de ellos nos podría costar la vida a todos. Sabes que no me molesta que andes por aquí, pero soy consciente de la situación entre ustedes. El ambiente es tenso, ni tú estás a gusto con ellos dos a los lados ni ellos contigo. Somos un gran equipo, pero no están a gusto. Y ahora lo que más necesito es que ellos estén concentrados. Y tu... bueno, no te digo que seas la niñera del chico, puede arreglárselas solo. Pero si necesitas tiempo para ti, tu propio entrenamiento o lo que sea, eres libre de hacerlo. Solo te pido que seas paciente.
-No hay problema, en realidad –respondo, tratando de darle tranquilidad-. Claramente yo no quiero que estos... lo arruinen. Pero no tengo la paciencia que tú tienes. Así que, si me pides que me marche, estarías haciéndome un gran favor.
-Bien Brant, entonces, concéntrate. Estamos a menos de una semana de lograrlo.
-No te preocupes por mí, sé que es lo que tengo que hacer.
-No, no me preocupo.
-Bien.
Palmea mi hombro y se marcha.
Eso quiere decir que puedo regresar a casa.
Estoy animado, no sé por qué.
Quizá sea el hecho de que en poco tiempo voy a hacer mi mayor movimiento.
Aun no eh pensado que haré con el dinero, y es que no quiero ni siquiera pensar en cuanto voy a tener, porque puede pasar cualquier cosa.
En cuanto mis manos toquen ese dinero, comenzaré a hacer planes.
Antes de llegar a casa paso por un Wings Stop y ordeno cincuenta alitas de diferentes salsas. Dos refrescos y un té, porque no sé si a Paris le guste el refresco.
Llegando a casa pongo todo en la mesa y entro en la habitación.
Paris está de pie, evaluando la pared.
-¿Qué haces? –le pregunto cuando me doy cuenta que no me prestó atención.
-Trato de averiguar que podría dibujar ahí.
-¿En la pared?
-Así es. ¿Te molestaría si hago un dibujo?
-No... No lo creo. ¿Tienes hambre?
-Un poco, si –responde.
Son las seis de la tarde y no ha comido nada.
-Traje Alitas de Wings Stop, ¿Te gustan?

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Secuestro
RomanceBrant forma parte de una banda delincuente que realiza todo tipo de crímenes. Esta vez su objetivo es el hijo de un alto funcionario de gobierno: Paris Massey. Pero Brant no contaba con desarrollar un instinto protector hacia el chico. Nunca sabes c...