Capítulo 2 - ¡Gilipollas!

269 25 1
                                    

No sabía lo que me había pasado pero esa no era yo, no quería tener a aquel ruso cerca de mí, lo odiaba y tampoco es que tuviera buenos recuerdos con él. Quizás de cuando éramos "amigos" antes de que me confesara pero ya lo había superado.

- Eres mía - dijo Dimitri sin hacer caso a mis palabras. Acercó sus labios a mi cuello y me besó dejándome helada, su cálido aliento sobre mí me dejó sin palabras -. No te vas a escapar, Francesca.

Yo quise golpearlo en la cabeza.

- ¿Perdona? - pregunté irónica soltándome de sus brazos y empujándolo lejos de mí, todo lo lejos que pude para después mirarlo irónica -. ¿Crees que no puedo escaparme de ti si quiero? Eres un gilipollas.

- ¿Qué? - preguntó él mirándome de una forma demasiado intensa para mi gusto.

Aparté la mirada pero ver que todavía intentaba acercarse me puso aún más molesta de lo que había estado.

- ¡Gilipollas! Eso he dicho que eres. No te vuelvas a acercar a mí.

Me alejé de él y volví a entrar en la sala donde todos estaban hablando entre ellos. Busqué a mis amigas pero ambas estaban con dos chicos demasiado cerca, ¿me había perdido algo en el poco tiempo que había estado fuera? Me acerqué a ellas y tanto Alyson como Taylor me miraron con una impresionante sonrisa en sus labios, de verdad parecían deslumbrar de felicidad entre la gente que había en la sala.

- Chicas - dije mirando a los chicos desconocidos. Ellos hicieron una especie de saludo con la cabeza y cuando vi como mis amigas se miraban entre ellas y después a mí con una especie de nerviosismo, supe que algo gordo estaba por llegar -. ¿Qué me he perdido?

- Verás, Fran, él es Ryan - dijo Tay -, y es mi mate. Siento haber encontrado a mi mate y que tú no lo hayas hecho, no quería que lo supieras hasta saber cómo decírtelo.

- Yo también, Frany - murmuro Aly -. Tanto Ryan como mi mate Jason han venido junto con nuestro nuevo alfa, no teníamos ni idea...

- Basta, chicas - sonreí intentando tranquilizarlas -. No estoy enfadada ni mucho menos, es más, me alegro un montón de que hayáis encontrado a unos chicos que parecen ser muy agradables- y, al segundo, vi como ambos sonreían en mi dirección.

Mis amigas me sonrieron y se lanzaron para abrazarme mientras me decían lo buena amiga que era y muchas cosas más que me hicieron reír y emocionarme. Ellas siempre estaban pensando en mi bienestar ya que yo había perdido a mi madre cuando era pequeña y solo las había tenido a ellas, a mi primo Emmet y a mi padre. Ellas habían sido como las hermanas que nunca había tenido y verlas así de felices era genial, esperaba que Jason y Ryan las trataran como a reinas, Tay y Aly se lo merecían con creces.

- Ella es Francesca Rader - dijo Taylor dirigiéndose a los dos chicos que nos miraban con una sonrisa a las tres abrazadas -. Es como nuestra hermana y...

Pero mi amiga dejó de hablar y miró sorprendida a alguien detrás de mí. Yo me giré y me encontré a Dimitri andando hacia mí. Lo miré molesta, ¿no le había quedado claro que no éramos nada?

- ¿El alfa es tu mate, Frany? - preguntó asustada Alyson observando a Petrov.

- ¿Qué? ¿Mi mate? Eso es imposible, yo no me he transfor...

- Y Taylor tampoco pero ha encontrado a Ryan. ¿No te acuerdas que tu padre nos dijo que se podía encontrar a tu mate sin haberte transformando? Dijo que eso significaba que lo harías muy pronto.

- Pero...- murmuré en el momento en el que Dimitri llegó a nosotros. Ryan y Jason lo saludaron pero él solo me miraba a mí. Me sentía incómoda ahora que sabía que él era mi mate pero, ¿por qué justo tenía que ser él de entre todos los chicos lobos del planeta? ¿Por qué tenía que ser el chico que me había rechazado cinco años antes? ¿Por qué la diosa Luna me odiaba tanto como para enviarme a Petrov? -. No...

Dimitri me agarró de la mano y me acercó a él haciendo que mi cuerpo chocara contra el suyo. Yo sentí como algo en mi interior hacía que estuviera completa, como si me hubiera sentido vacía toda mi vida hasta que él había llegado. Las manos de Dimitri se situaron en mi espalda y su mirada no se alejó de mis ojos, ¿en verdad estaba atada a él por el resto de mi existencia?

- Francesca - me llamó mi padre llegando hasta nosotros. Él me miró y después a Dimitri para después sonreír abiertamente a mi mate -. ¿Dimitri Petrov? No me digas que Fran...

- Sí, es mi luna, la luna de la manada - dijo Dimitri antes de que yo pudiera hablar.

Lo miré aún más molesta pero él seguía con esa expresión parecida a la de mi padre, expresión de responsabilidad y liderazgo. Los dos se dieron la mano entre advertencias por parte de mi padre respecto a mi persona y cuidado y promesas de cumplimiento por parte de Petrov. Parecía que se había ganado el consentimiento de mi padre por ser el hijo de Sergey, pero el mío no lo haría tan fácilmente, tenía que dejar de conseguir todo lo que quería, así dejaría de ser un engreído como cuando éramos pequeños.

La celebración se acabó y yo me dirigí a la planta de arriba con intención de irme a dormir cuando Dimitri apareció detrás de mí y pasó su nariz por mi cuello erizándome la piel. Intenté alejarme sabiendo que no me podía resistir a esa atracción.

- ¿A dónde vas?

- ¿Dónde crees? - pregunté irónica -. A mi habitación, ¿por qué?

- Esa ya no es tu habitación, France - dijo utilizando el mote que él me había puesto en nuestra niñez. Miré de nuevo a la puerta y sí, era mi habitación, ¿qué quería decir ahora? -. Tu habitación ahora es esa - susurró en mi oído mientras señalaba la habitación que se cedía al alfa, la más grande de nuestra casa.

- Ni de broma, esa es tu habitación.

- No, nena, es nuestra.

Me separé de sus brazos y volví a estar enfadada, ¿quería que durmiera y compartiera habitación con él cuando no nos habíamos visto en cinco años?

- ¡Ni de coña! - grité y corrí a mi habitación para cerrarle la puerta en las narices y poner cerrojo.

Sonreí victoriosa aunque sabía que aquello me saldría caro.





Falling For My Mate [SD2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora